Todavía queda un resto para que llegue el verano, pero la noche del sábado el ambiente estuvo haaaarto caliente al interior de la discoteque “Suka”, del casino “Monticello”.
A pito del estreno como dijei de la socialité gringa Paris Hilton, que desde hace un tiempo también se dedica a apretar perillas fuera de cámara, se organizó una fiesta a todo cachete en el pirulo centro de apuestas de la ruta 5 Sur.
Tal como si estuviera en uno de sus muchos carretes en California, la rucia buena pa’l web invitó a puros rostros top a su primera presentación en San Francisco, pero de Mostazal, hasta donde llegaron carachos de nuestro humilde jet set criollo.
De todo el lote lo más destacable fue la llegada a través de una poblete alfombra roja de Raquel Argandoña y su hija Kel Calderón, quienes se lucieron como máximas figuras de la noche, ambas, hay que decirlo, con así las mansas ni que perchas.
Pero no llegaron solas, porque al mambo de ‘la rucia del jacuzzi’ (el que cacha, cacha) arribaron acompañadas por sendas piernas peludas, una más formal que otra eso sí.
Es que si Kel vaciló de lo lindo con su pololo Pangal, que la tiene mirando angelitos desde hace rato, la mami Raquel no se quedó atrás y le dio duro al punchi punchi estilo dolorub junto a un misterioso amigo canoso (a lo Lolo Peña, pero de pelo más corto), que no la dejó ni pa’ ir a buscarse copete a la barra.
Entrada piola
Para hacerla piola, los protagonistas entraron separados. De hecho nadie entendía por qué la Raca había pasado como alma que pena el diablo por la breve alfombra roja del brillo, sin pescar a la prensa ni cuando le gritaron “¡wena Yuri!”.
Todo fue más claro cuando antes de empezar el show de Paris la prensa pudo entrar al recinto y captó a la iñora parlando de lo más cocoroca con su nuevo peor es na’.
Mientras Kel bailaba animada junto a Pangal y su lindísima amiga Vesta Lugg en uno de los codos del vip del recinto, a pocos metros la Quintrala le hacía la pócima a su acompañante.
Así estuvieron por largos minutos hasta que al comenzar el show de Paris Hilton, que salió a escena con una transparencia que sólo subió más la temperatura, la pareja se hizo la bobi y se alejó de la baranda para ir a conversar mientras las niñas vacilaban.
Lo fome fue que apenas habían pasado 10 minutos de perilleos con la Hilton y la prensa se preguntaba cómo estaría bailando la Argandoña con su pinche, cuando un contingente de seguridad sacó a todos los reporteros del lugar.
La peor parte la sacó el fotógrafo Francisco León, a quien le rompieron parte de su cámara, y la barra pop, que se quedó la bala pasada sobre el final de la historia.