El próximo sábado se acaban las grabaciones del docu de la Raquel Argandoña, y también su estadía a pata suelta en la casota de La Dehesa.
El palacete aquel fue arrendado por TVN- en más de 3 millones de pesos mensuales- para que la ex de Eliseo Salazar se diera la vida de rica y famosa por lo que durara el seguimiento de las cámaras.
Pero la cosa era por un rato nomás, pueh, así que la Quintrala nuevamente tendrá que andar con sus cachureos y clóset al hombro, de vuelta al departamento que tiene al frente del Apumanque.
Encariñada
Las comodidades rápidamente hicieron que la Raca se acostumbrara al nuevo techo. Tener piscinita propia y el manso quincho para castigarse con choripanes, ha sido su mayor goce.
Cercanos cuentan que a la mami de Kel le quedó gustando bastante la mansión farandulera, en la que justamente el capítulo del sábado recién pasado la mostró llegando con una hilera de camiones de mudanza. Hasta Pablo Schilling tuvo que hacer fuerzas con sus músculos de cristal para ayudar en el traslado de enseres.
La experiencia de vivir a ras de suelo, hace rato es un tema que tiene a la comentarista del Buenos Días con las neuronas revueltas. Lleva un tiempo buscando una vivienda amplia y acogedora para irse a vivir con su querubina y mamita.