Durante la presentación de Alison Mandel en el Festival del Huaso de Olmué, Pedro Ruminot se las comió calladita. Claro, porque la chiquilla hizo apretarse la guata de la risa con chistes a costa de su marido.
Pero lo que la rubia no cachaba, es que el morocho se las iba a cobrar en la misma. Durante su rutina, que la rompió en El Patagual, el comediante no paró de lanzar tallas sobre su jermu.
La dulce revancha de Ruminot causó furor en la barra de Olmué, que le pidieron volver dos veces. Y el rating también lo premió, dejándolo en primer lugar.