Ante cerca de cinco mil remojadas almas, anoche fueron coronados los nuevos soberanos guachacas, Delfina Guzmán y Polo Ramírez, en la ya mítica Estación Mapocho.

En un brillo cargado al chilenismo, pasadita la medianoche los nuevos guaripolas del movimiento (lejos los más pirulos de la historia), fueron ungidos como nuevos representantes de la cultura criolla, en medio de un jolgorio lleno de cuecas, cumbia, terremotos y saboooooorrrrrr.

Chocha, pero todavía un poco descolocada con su triunfo, la actriz Delfina Guzmán contó en la sincera que "toda la vida me las quise dar de pituca y me eligen Reina Guachaca, jajajá".

Claro que igual quedó feliz, porque “esta elección es una gran demostración del cariño que me tiene la gente y eso me llena de satisfacción”.

Lo del Polo como soberano también fue llamativo hasta para el propio periodista, y así lo hizo saber.

Es que recién desde que empezó a asomar con sus comentarios en el matinal "Bienvenidos", el hombrón pudo mostrar facetas que lo amistaron con el pueblo guachaca, aunque sin aprender muy bien cueca.

"Quiero agradecer al gran compipa Eduardo Parra y al gran guaripola, Dióscoro Rojas. Estoy muy contento de ser Rey Guachaca junto a esta excelente reina, que es Delfina Guzmán, y debo decir que estaré aquí para hacer todo lo que me pida el cargo". ¡Y sacó terremotos el Polo! ¡Salú, compare!

Por su litro, en medio de los gritos del pueblo, habló la Reina Guachaca. "¡Tranquilitos, calladitos! ¡Ya! Imagínense lo que es estar en la Estación Mapocho, cerrar mis ojos e imaginar que estoy frente a todos mis queridos guachacas. Muchas gracias". ¡Y también sacó trago doña Delfina, que sí que es fina, cabros!

Y se acabó el relato, porque todos los guachacas, plumario incluido, libamos por el ser guachaca.