La tristeza se respiraba, pero mayor era el orgullo de despedir a un grande del periodismo como Ricarte Soto, quien se llevó un adiós a su altura: multitudinario y repleto de admiración, ambiente que fue un bálsamo para sus mujeres: Cecilia Rovaretti, su viuda y María Elcira Soto, su hija.
Y fue la retoña quien acaparó todas las miradas, ya que en ningún instante dejó de acompañar a su madre y de darle ánimo en el complejo momento que les tocó vivir.
Es que ambas eran las mujeres que ocupaban los pensamientos y el corazón del opinólogo del "Buenos Días a Todos" hasta sus últimos suspiros, por lo que serán ellas las que tendrán que continuar el rumbo sin el hombre de sus vidas.
Cecilia sólo se apartó de su niña para hablar ante los asistentes. Allí, expuso frases de una ternura inmortal. Entre lágrimas, contó lo que su corazón quería gritar. "Estábamos muy enamorados, lo voy a extrañar mucho, jamás me aburrí junto a Ricarte".
Con los ojos rojos de llanto y pena, volvió al hombro de su hija, quien a pesar de su propio dolor, inventó algún rincón del que sacar fuerzas para manter a su mami a flote.
María Elcira, la heredera de Ricarte, optó por el silencio público y no tomó el micrófono en la despedida de su padre.
Valiente como ella sola, la estudiante de Arquitectura de la Universidad Católica hizo el esfuerzo de ser el sostén anímico de toda su familia, aunque por dentro también se partía su alma.
La adolecente recién se apartó de su madre cuando se retiró del Parque del Recuerdo de Huechuraba, lugar del que salió escoltada por a lo menos 20 ex compañeros de colegio que la blindaron para que se fuera sin emitir comentarios.
El periodista Juan Manuel Astorga, quien definió a Ricarte como "un padre" se refirió a la princesita. "La María Elcira se ve muy bien, muy sólida. La conozco desde que nació, ella es la mezcla perfecta de dos personas brillantes. Se preparó sola para este día, esa es la Elcira, ella siente profunda pena y sabemos que luego vendrá el vacío, de eso tenemos que hacernos cargo nosotros, como amigos", se puso pega.
La despedida
Casi dos horas duró la ceremonia pública con que la famila decidió homenajear a su amado Ricarte.
Julián Elfenbein fue el encargado dirigir la ceremonia. "Que esta ceremonia sea para todo quienes siguieron a Ricarte, tiene que ver con el compromiso de Ricarte y su familia, de Cecilia, de su hija, de compartir con la gente y con la prensa su último adiós", dijo.
Además, el animador y amigo del extinto rostro tevito verseó que la palabra que se destacaría en su funeral es “trascendencia”, no sólo como ser humano de Ricarte, ni como profesional, sino que su campaña y su lucha por los demás. La última de todas por los enfermos: “Ojalá que no quede solamente en una carta, en un compromiso, sino que en una ley que les dé dignidad a los enfermos”, dijo el animador a nombre de la familia.