“Ruperto” no sólo es bueno pa’ empinar el codo y hacer reír a quienes lo ven todos los viernes en “Morandé con Compañía”, también es puro corazón de abuelita.
Pa' que vaya cachando, el borrachito más querido del calcetín de tierra estaba contando morlacos como loco por el éxito que le da levantar carpa... Pero no sea malpensado, me refiero al circo que tiene el cabro.
Y este verano se había instalado con camas y petacas en La Serena, donde los nortinos le llenaban el recinto dos veces al día, en cada función que daba.
Sin embargo, el curadito no pudo decir que no cuando La Cuarta le ofreció dirigir una actividad benéfica que se realizó el martes, en el Castillo Wülff de la Ciudad Jardín.
La pomada consistió en llevar a un grupo de niños en riesgo social a pasear por el palacete, compartir con las reinas y, de paso, conocer un poquitín más de la historia del Festival.
Y el bueno pa’l trago, sin pensarla, dejó botella su carpa y se trasladó hasta Viña.
Al final fue el que más compartió con los broquitas y el regalón de los mismos, que a cada rato le pedían que les contara algún chistecito.
“Siempre que puedo hago una pausa para compartir con los niños. Me gusta hacerlos reír y reírme con ellos, además que valoran mucho a ‘Ruperto’”, soltó Cristián Henríquez, papi del bueno pa’l trago.
Pero la presencia de este hombre de circo en esta actividad, no fue porque sí...
Resulta que el año en que el comediante se paró sobre la Quinta Vergara, el año 2006, marcó el peak histórico de rating de toda la historia del Festival de Viña, con 74,2 puntos.
Todo un récord que hasta el día de hoy, ocho años después, sigue sin ser superado.