La pechocha actriz cuate Salma Hayek reconoció que se la goza todita dando pecho a su hija. "Soy como una alcohólica. No me importa si lloro, no me importa si me pongo gorda, sólo quiero hacerlo durante una semana más, un mes más y luego veo que le hace tanto bien a mi hija que no puedo parar. Es algo que tiene mucho poder", chamulló.
Y aunque no piensa sacarle la pechuga a su hija por un buen tiempo, también admitió que sufre de muchos dolores: "No saben lo dolorida que estoy", remachó.