Que Salma Hayek está más buena que el pan con chancho y que deja como tetera de campo a cualquiera, no es ninguna novedad.
Sin embargo, la historia de la actriz mexicana deja nos deja más que claro que no todo tiempo pasado fue mejor.
La artista esta semana le reveló a la conocida revista Lucky, que cuando era joven y no aparecía ni en las tiras cómicas sufrió las penas del infierno por culpa del maldito acné y por los kilitos demás, los cuales la hicieron caer en una lamentable depresión.
Tanto fueron los atados de la estrella de Hollywood, que incluso no le daba la perso para salir de la casa.
"Al despertarme cada mañana me tocaba la cara antes de levantarme con el fin de prepararme para mirarme al espejo", reveló la ricura.
Claro que con el paso de los años, la actriz cuate dejó atrás esos atados y ahora le saca la lengua a las molestosas espinillas y a los rollitos demás.
De hecho, hoy en día le ofrece trucos de belleza a la barra pop que comparte junto a su yunta Demi Moore.
¿Cómo les quedó al ojo, ah?
