En noviembre próximo Santiago Pavlovic cumplirá 70 años. De esos, 40 los ha trabajado en TVN y pretende seguir donde mismo, pese a la nube negra que le hace sombra al canal.
Fue parte del directorio y renunció, pero su compromiso con su casa televisiva está intacto, más aún cuando hace poquito se anotó el manso poroto destapando el caso “milicogate”, un canapé de lo que será la nueva temporada de “Informe Especial”. Pavlovic está sentado en su oficina del “7”, pero si dependiera sólo de él, no estaría ahí. “A mí me gustaría estar en todos los conflictos y guerras que están pasando, estar más metido en eso”, larga medio melancólico. Y es que al hombre le gusta la pega dura, arriesgar el pellejo y sumar anécdotas. En esa lista figura cuando tuvo que salir arrancando de un elefante en Kenia que “al final no me hizo nada”, ser detenido e interrogado en Bagdad (guerra de Irak), pegarse la malaria en Uganda y subirse al avión de vuelta a Chile metiendo la mula de que estaba enfermo del colón -porque si lo cachaban infectado no podía viajar- y sentir el estallido de una bomba mientras estaba metido en una cueva en Afganistán, entre muchas otras.
El ágil del parche ha estado en medio del fuego cruzado, pero jamás le ha llegado un balazo. Quizás por lo mismo, no hay caso que agarre miedo. “Me parece interesante explicar cómo la gente está luchando por determinadas cosas. Mostrar la mirada del periodista chileno, uno monocular, jajajá, en un país que es bastante ombliguista”.
- ¿En qué mocha mundial te gustaría estar metido hoy?
- En Siria, en Alepo (una de las principales ciudades de Siria), con los cristianos que están sufriendo ataques, saber qué pasa con la fuerza kurda, qué pasa con la intervención norteamericana, qué pasa con Isis...Pero a mí también me gusta Chile, lo que está pasando, los gastos de la defensa, el parlamento, la reforma constitucional... Y también me llama la atención la moda...
- ¿¡La moda!?
- Ver las tendencias de la moda, he hecho reportajes de eso, me interesan los temas ecológicos, la economía.
- ¿Y la farándula?
- No me atrae, soy un tipo anticuado, no cacho nada de redes sociales, apenas manejo el teléfono celular. Me gusta leer los diarios. No sé lo que pasa en farándula, no conozco los nombres, no hay nada que me llame la atención de eso.
- ¿Porqué no estás en las trincheras, no te dan permiso en la casa o en TVN?
- Nuestra empresa está pasando por restricciones económicas severas y no hay recursos para llevar un tipo a Siria, del que sólo sabes cuando entra, no cuando saldrá. En la guerra de Irak entramos un día y salimos 50 después. Ahí hay gastos y el canal tiene problemas y lo sé, porque yo era parte del directorio al cual renuncié. Estamos sí en el tiempo de recuperarnos como empresa.
- ¿Esta es la peor crisis de TVN?
- Desde el restablecimiento de la democracia claro, es la situación más crítica que hemos vivido.
PISTOLA
No sólo en sus salidas a terreno el grandote las vio pelúas. Acá en el terruño igual le tiritaron las cañuelas. “Hicimos programas de tortura, del caso Letelier, recibíamos llamadas telefónicas. Un momento recibí un llamado, me dijeron que me iban a pitear y me compré una pistola que todavía tengo, debidamente inscrita. No le di más relevancia, pero me compré la pistola por si las moscas.
- ¿Te censuraron algún programa?
- Los que han salido fue porque el tema era rasca jajajá. Una vez quería hacer un reportaje sobre la partícula W, era una cuestión tan compleja, china de entenderla, física nuclear, era tan complicado que nunca salió al aire, jajajá. Era imposible.
- Me soplaron que las mujeres también lo atacan de vez en cuando...
- Siempre he sentido que soy muy feo, me falta un ojo, lo que no me hace particularmente atractivo. La gente es cariñosa, te dice piropos, se saca fotos contigo. Cuando era jovencito me decían si yo estaba estudiando para poste y una vieja me dijo una vez: “Largo y flaco como una cuerda de ajo”.
- ¿Qué te dicen por el parche?
- Las primeras veces que aparecí en televisión lo hice con anteojos oscuros por el ojo (que perdió debido a un accidente de niño). Siempre andaba con lentes oscuros, hasta en la noche, y era muy incómodo. Ahí me dije voy a usar un parche. Al principio era un problema porque sabía que me iban a decir pirata y los niños me dirían muéstramelo, porque quieren saber que hay...
- Me uno...
- Jajajajá, los niños siempre me dicen sácate el parche. Tengo seis hijos, una guagua de 11 meses y un niño de 9 años, que lo voy a buscar y los compañeros me preguntan y yo bromeo con que soy pirata.