La actriz Sarah Jessica Parker estará apenas dos días en Chile y en su equipaje trae pilchas como pa’ forrar un circo y varios cerros de maletas llenas de su mayor fetiche: los zapatos.
La madrugada del próximo 2 octubre, la Carrie Bradshaw de “Sex and The City” llega a Santiago, invitada por la tienda Ripley, de la cual es rostro internacional.
Como la rucia es una estrella de verdad, su séquito se preocupó de cumplir al callo sus exigencias en el hotel que la alojará acá (su nombre se mantiene en secreto), para sentirse como en casa.
Pa’ empezar, la diva de 50 años encargó que su habitación tuviera un clóset más grande de lo normal, pa’ que le quepa bien estiradita la cachá de vestimenta que viene en sus maletas. Otra de sus peticiones tiene que ver con mantener siempre su cuerpo en forma. “Ella pidió un hotel con gimnasio full equipado y que cuando quisiera ocuparlo estuviera sola”, croaron los sapiolas.
Sin respiro
Una vez en tierra firme, la gringa se irá a descansar al hotel. Con el tuto recompuesto, se echará una mano de gato para estar a las 16.00 horas de punta en blanco en la conferencia que dará en el Alto las Condes, donde reinaugurará el local de Ripley del mall pirulo.
En la noche, la pauta la tendrá de estrella en la alfombra roja de la gala que se hará en la sucursal del mall Parque Arauco. Al glamoroso mambo sólo tendrán acceso invitados vip y ganadores del concurso que hizo Ripley para estar cerquita de la celebridad.
Al siguiente día, seguirá grabando spots para la misma casa comercial. Después, a empacar tooooodas sus huilas y tatos pa’ virar hasta Perú donde cumplirá similar agenda.
Patiperra
La Sarah es terrible de trapera y exigente a la hora de producirse, pero en la vida cotidiana la actriz es conocida por ser piola, sencilla y buena pa’ aplanar las calles en los países que visita por primera vez. De hecho, ella misma anunció que capaz la veamos pisando por la Alameda... “Cuando voy por primera vez a un lugar me gusta perderme en las calles”, dijo en junio a revista Caras, a propósito de su primera pegada en la pera por acá.