Al final las fotelis hot de Scarlett Johansson tenían nombre y apellido. Eran para su ex marido, Ryan Reynolds, con quien se dijeron chaolín en diciembre del año pasado.
La ricarda actriz quemó sus últimos cartuchos y no tuvo compasión con su ex "love" y le mandó a recordar el filetito que se estaba perdiendo, confesó en una entrevista a Vanity Fair
"Conozco mis mejores ángulos. Fueron enviadas a mi esposo. No hay nada de malo en eso. No es como si estuviera filmando una porno... aunque tampoco hay nada de malo en eso", se justificó.
Fue a mediados de septiembre cuando quedó la patá con la filtración en internet de algunas imágenes de la ricura que dejaron con el cuore parado a la gallada.
Es que aparecía piluchita y con el relajo del que esta seguro que nadie lo cacha.
Al principio todo el mundo creyó que las fotos eran mulas, pero después saltó la verdad. Se trataba de un hacker que había choreado material califa de correos electrónicos y celulares de unas 50 celebridades.
