"Se hizo la justicia que la masa quería"

Y fue tal como se lo dijimos: Sofía tomó la justicia en sus manos y de la rabia al enterarse de que Esteban, su hermano, era el pedófilo que abusó de su hija, le cercenó el quetejedi. Y lo dejó morir desangrado.

"El final que se le dio a la teleserie, es el que de seguro quería la masa, la madre o padre de cualquier niño abusado: que al victimario lo castren. No hay quien no diga que a un pedófilo lo castraría", comenta Marcelo Alonso (Esteban, el pedófilo) a La Cuarta al conversar sobre el sangriento tantán de anoche de El Laberinto de Alicia, que, hay que ser modestos, fue tal cual lo adelantamos. Es más, el actor confiesa que cuando le contaron la trama "me imaginé un final así".

- En onda "haga la justicia con sus propias manos", ¿bueno o malo eso?

- Todo depende de los ojos que lo miren. A los de Sofía (Amparo Noguera) o de una madre o padre, se hizo justicia y de seguro a la mirada de Manuel (Francisco Reyes) lo sucedido es totalmente inmoral, fuera de cualquier orden legal. Es una escena muy discutida en cuanto a su alcance. Yo no estoy de acuerdo con la pena de muerte y creo en los tribunales y la cárcel, aunque también sé que se hizo la justicia que la masa quería, que me cortaran las pelotas.

- Igual fuerte el final: la hermana castra a su hermano y lo deja morir...

- Muy fuerte, impactante tanto al grabarla y más al verla: le corta las pelotas (en el famoso subterráneo), lo ve cómo se desangra y disfruta su momento de venganza.

- ¿Tuviste algún costo al ser el pedófilo de Alicia?

- En la calle me miran, en los supermercados señoras me dicen "a usted no quiero verlo", pero nada más. Lo que sí debo decir es que fue un personaje gratificante.

- ¿En qué sentido?

- Uno siempre hace personajes que aunque sean malvados, logra redimirlos de alguna manera. Acá no, no hay empatía con nadie, sólo con otro pedófilo. Te aseguro que nadie dijo "qué pena que murió", porque cultivó muchos odios muy entendibles...

- La gente en la calle se portó bien, entendió que fue un papel, ¿y los pedófilos?

- En onda vente para acá.

- No, pero ellos son muy agresivos y vengativos porque insisten que su amor por los niños es correcto...

- No, pero al principio hubo mensajes extraños.

- ¿Como qué?

- A mi celular llegaban esos monitos de cabros chicos, los emoticons, páginas y páginas, fue muy raro, pero nada más. Duró como tres días.

- Asumes que por un tiempo entraste a la galería de los malos de las teleseries...

- Siempre es bueno estar en la galería de algo con nombres tan ilustres como don Lucho Alarcón (La Represa), Álvaro Rudolphy (Alguien Te Mira) y Paola Volpato (¿Dónde está Elisa?).

ENFERMO DE LOS NERVIOS LO DEJARÁ SU NOMBRE ES JOAQUÍN

Pura acción tiene el primer episodio de Su nombre es Joaquín, la nueva nocturna de TVN. La telecebolla de entradita muestra un terremoto y erupción volcánica que destruye el pueblo de Valle Azul y que provoca la desaparición de Magdalena (Luciana Echeverría), quien es secuestrada por Joaquín, el orate pastor de una secta.

El debut de la nocturna tiene menos piel de la que la barra se esperaba, pero sí asegura tenerlo pegado al asiento durante los 50 minutos que dura. A la historia central de la pobre Magdalena, que es dada por muerta por sus familiares, se suman varias historias paralelas, igual de turbias que la principal. Entre ellas la de las malévolas mujeres del pastor.

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