Lo que no pudo la tele, lo logró anoche Joan Manuel Serrat. El trovador hispano reunió a verdaderos dinosaurios de la pantalla enana, durante la celebración privada por los 50 años de Chilevisión que se realizó en el Teatro Nescafé de las Artes.
Es así como llegaron a la gala antiguas figuras que alguna vez pasaron por el canal de Inés Matte Urrejola, tales como Juanito La Rivera, Enrique Maluenda, Juan Guillermo Vivado, el actor Roberto Vander y la primera lectora de noticias que tuvo la estación, Diana Sanz.
Para la mayoría de los presentes fue como retroceder en el tiempo. Serrat interpretó sus mayores éxitos y el respetable hasta lo apaludió de pie y lo ovacionó después de entonar Cantares.
De los nuevos rostros se vio a un entusiasta Julián Elfenbein, quien por la mañana negó que estuviese negociando con TVN; Eva Gómez; el "Ratoncito" de El Club de la Comedia y Antonio Vodanovic, fueron otros de los presentes.
Previo a la gala, Serrat se reunió con la prensa criolla, siempre atento a responder a las santas inquietudes de los apóstoles del reporteo, "porque son como ir al siquiatra", dijo.
El artista parló sobre su último disco, Hijo de la luz y de la sombra; y sobre la última noticia que le metió en la mollera al calcetín de tierra: La gran librada de los mineros.
Al respecto, el intérprete reconoció haberse emocionado a mango con el hecho, pero también pataleó para que los medios de Chile y el mundo bajen un rato del columpio a los 33 de Copiapó.
"En este momento lo más importante es no vivir de esta historia, sino que ayudar a los que sufrieron esta dramática circunstancia a reconstruir su vida en paz", insistió. El trovador se presenta este fin de semana en el Teatro Caupolicán.