Sigrid Alegría no sólo es la reina del festival, también se coronó como la más aperrada de las soberanas del certamen. No comió ni tomó agua desde este jueves para evitar ir al baño durante casi las 6 horas que duró todo el chuchoqueo.
A las 07:00 horas en punto el tatuador de los futbolistas, Marlon Parra, llegó con todo el aparataje para pintar el cuerpo de la actriz a su pieza del Hotel O'Higgins donde pasó la noche para estar concentradísima.
Media hora después el artista comenzó su obra de arte para transformar a la reina en una ninfa. Desde ese instante se acabaron las opciones de sentir necesidades biológicas.
Lo primero fue ponerle el parche que ocultaba su flor y pasada las 12:00 estaba lista la obra de arte plasmada en su cuerpo, fue en ese instante en que Sigrid comenzó a perder la calma.
Bajó los cuatro pisos que la separaban de la piscina del hotel acompañada de su jefa de prensa, una productora de Canal 13 y de su generalísimo, Pancho Saavedra. A medida que se acercaba al lugar de la cita donde la esperaba prensa chilena y extranjera, el valor comenzaba a abandonarla.
"Le agarré las manos e hice que me tocara el corazón, tiritaba como hoja, estaba a punto de romper en lágrimas. Le recordé que ella era talentosa, bella y con mucha garra", reveló a LaCuarta.com Pancho Saavedra.
"Estamos a sala llena", dijo Francisco y la actriz lo repitió y salió a enfrentar las cámaras. No había nada preparado, la idea era que Sigrid dejara fluir su personalidad y "fue un éxito", sehú el comunicador de Canal 13, inflado como pato de silabario.
El único acuerdo entre la colorina y su generalísimo era que al minuto 7 tras el piscinazo, debía salir al instante. "Casi como la cenicienta estaba obligada a escapar del agua o la pintura la abandonaría", explicó Saavedra.
Cuando el show a acabó, volvieron a la habitación. Ella se ducho y dijo: "Pancho por fin tengo hambre". ¡Linda!