Julio César Rodríguez no es un tipo fácil de tratar. El egocéntrico periodista que incluso se dio maña de decir que ya había hecho todo en la televisión, carga con el infranqueable peso de caerle gordo a parte de la barra.
En cierta medida su pasado le sigue pasando la cuenta, en especial cada vez que los medios de comunicación recuerdan sus salidas de madre, o cuando el comediante Stefan Kramer lo imita bajo el mote de JC Yodríguez.
Tal vez por eso al ex de Fran García- Huidobro le costó tanto llevar a cabo su sueño de armar un "late show" a su medida, asunto que intentó realizar hace algunos años en TVN con "La tele o yo", sin el efecto esperado.
OTRA OPORTUNIDAD
En esa, y al parecer previo repaso de sus propias caídas, el conductor regresó con "Sin Dios ni late", su nueva oportunidad en la franja nocturna, esta vez con menos presión debido a que se emite a través de la señal de cable Zona Latina.
Con esa tranquilidad, JC ha podido ir ganándose un espacio con un cocido de óptima realización y mejor producción, cuyos invitados han destacado en la monótona parrilla chilensis.
Entrevistados que están a tiro de cañón o que corresponden al mundo cultural que no tiene cabida en la pantalla chica, sumado a intervenciones de grupos en vivo de la talla de Inti Illimani o Flairck, han dado prueba de que todavía es posible realizar un programa de chácharas nocturnas.
Por ese litro, la realización general ha permitido hacerse el leso con eso de que JC todavía se quiera parecer a Don Francisco, y con que desde su elevado y protegido sillón de entrevistador vea como p'abajo a sus invitados. En estilos no hay nada escrito, la pomada está en rodaje.