Harto bien les estaba yendo a los cabros de “La Sonora Major”, tocando puros covers prendidos en matrimonios y eventos privados cada fin de semana.
Ganaban sus buenas lucas y eran bien solicitados, pero llegó un punto en que eso los dejó más aburridos que caballo de feria.
La solución a sus atados fue ponerse a componer sus propios temas. “Con eso nos fuimos derechito para abajo, en los shows intercalábamos nuestras composiciones con los clásicos y la gente lo notaba. Pero era lo que nosotros queríamos hacer y logramos sortear esa etapa”, explicó Rigo Soto, voz y bajo del grupete.
Y a puro puntetes, “La Major” fue metiéndose en el circuito, tocando a la par con otros grupos más consolidados onda “Tomo como Rey” y “La Sonora Barón”, quienes se movían sin parar y tocando ante ene gente desde el 2004.
“Nos dijeron que elegimos lo más difícil y así lo hicimos nomás. Antes nadie bailaba, sólo cuando estaban medios copeteados nomás. Eran públicos más rockeros que se prendían cuando hacíamos ska o temas que mezclaban la cumbia con rock”, explicó Rigo.
Hasta que con varios EP en el cuerpo, finalmente sacaron a la venta su larga duración “Locura, alegría y la caña del otro día”, disco con el que ya suenan en varias radios y que de paso les ayudó a tener clarito cuál es su estilo en medio de la mar de grupos de cumbia existentes en el pachanguero presente.
“Nos denominamos cumbia brava, porque en vivo descargamos una energía muy grande y la gente puede saltar y a la vez ponerse a bailar, porque lo que nosotros, y varios otros grupos que también van en la misma, lo que buscamos es destacarnos e innovar”, nos contaron a coro los músicos, instalados con sus instrumentos acústicos y eléctricos en su cómoda sala de ensayo llamada “Lagarto”.
“Todavía nos falta mucho por hacer, pero eso es lo rico, que siempre se puede seguir creciendo”, concluyeron con fe.