Después de caleta de investigaciones el médico forense que le realizó la autopsia al cuerpo de Michael Jackson, clasificó la muerte del rey del pop como homicidio.
Así de tajante, ya que según el matasanos, el médico Conrad Murray, el principal blanco de las investigaciones, no proporcionó el cuidado adecuado a Dominó, incluso si el mismo cantante se hubiera inyectado a sí mismo la dosis fatal de propofol.
Christopher Rogers, jefe de medicina forense del condado de Los Angeles, indicó que "basado en la calidad del cuidado médico, seguiría llamándolo homicidio aun si el doctor no le administró el propofol al señor Jackson (...) Si hubo propofol allí, el médico debió haberse preparado para las consecuencias (...) El cuidado fue de calidad inferior", indicó.