Súper 8: en la simpleza también está lo bueno

Súper 8 es de esas películas a las que uno va sin mayores expectativas, pero sale encantado. Desde el primer segundo comienza a capturar la atención, hasta quedar pegado a la pantalla grande esperando el desenlace.

Producida por Steven Spielberg y escrita y dirigida por J.J. Abrams (Misión Imposible II y Star Trek XI, en el cine, y Lost en la tele), el parcito buscaba un filme en que lo más atractivo fuera la historia, y lo lograron: En un pequeño pueblo de Ohio, a fines de los setentas, un grupo de niños jugaba a los cineastas.

Mientras filmaban en una estación de trenes, son testigos de un extraño descarrilamiento. Desde ese instante comienzan a ocurrir una serie de peculiares hechos que alarman a toda la comunidad.

De la nada aparecen los militares, y se tiende un velo de intriga mezclado con la típica y siempre atractiva teoría de la conspiración que tanto abundó por esos años y que ahora ha renacido con bastante fuerza.

Es ahí donde más "agarra" la película, la que incluso se da el permiso, sin perder autenticidad, de tomar prestados elementos de filmes tan memorables como E.T., Goonies y Encuentro Cercano del Tercer Tipo.

En algo más de 120 minutos juega con el misterio, a la que le agrega dosis de acción, aventuras, ciencia ficción e incluso de inocente amor juvenil.

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