María José aún no se explica cómo se supo en el planeta Tierra que es hija de Gervasio.
El lunes pasado una investigación de La Cuarta dio a conocer la existencia de la -hasta entonces- anónima joven de 23 años, avecindada en Isla de Maipo. Con tremenda sorpresa leyó ese día su propia historia en las páginas de este diario, preguntándose una y otra vez de dónde pudo haber salido la información, dado que su relación con el cantante sólo la conocían su familia, amigos íntimos y los hijos de Mónica Aguirre con quien mantiene constante comunicación.
"Esto era algo súper piola, era como un pacto que hicimos con los chiquillos (los Viera-Aguirre) de no contar nada", dice la chicoca fruto de un intenso idilio que su madre asume haber vivido con el artista a fines de los 80.
"Yo nunca quise que esto se supiera, tampoco nadie me lo preguntó", insiste ella, cuidando en extremo cada palabra, pues no cacha mucho de medios de comunicación, menos de andar dando entrevistas. Situación que -en todo caso- estaría pronto a superar...
En los últimos días un par de canales de televisión la contactó para ofrecerle un billetón por su presencia en la pantalla y María José se está dejando querer. Secreto a Voces (SAV) de Mega le puso sobre la mesa un millón y medio de pesolios, pero no fue suficiente para convencerla de entregarse a la fama por el minuto.
Su pará es que no está ni ahí con abrir su mundo privado a medio Chile, porque "no es un beneficio que mi vida se empiece a ventilar así como así", detalla.
Sin embargo, y tomando el interés mediático de su cuento, igual le ha dado varias vueltas a aceptar la invitación farandulera. Esto, porque las lucas y sobre todo el mostrarse públicamente como la cantante folclórica que es desde que era una porotita, es un punto que le llama poderosamente la atención.