Tío Emilio no compró exorcismo de Adriana

No vayan a creer que la cabeza de Adriana Barrientos estaba dando vueltas como el remolino del guáter. Tampoco estaba escuchando la casete de Xuxa al revés donde se escuchaba: "El diablo es magnífico". Pero la Adri ya no daba más y se entregó todita a las manos de un experto y su velita.

Antes de seguir con esta historia tenemos que contarles que el ritual se vio harto julero por la tele a color. Es por eso que de una nos comunicamos con el tío Emilio Sutherland, un capo a la hora de dejar al descubierto a los chantetes que dicen mejorar de magias negras y otras cosas a la barra inocentona.

"Me parece llamativo que ella haya caído en esto. Encuentro un abuso que se aprovechen de la superstición y la ingenuidad de la gente", dijo el hombre que no está pa' andar agarrando fierros calientes.

¿Y QUÉ PACHÓ?

Sabido es que son un lote más o menos los famosillos y políticos que se hacen asesorar por machis, ufólogos, damas de calipso y maestros Jedi para ver el más allá y de vez en cuando hacer algo más acá.

Pero casi nos caímos de espaldas cuando supimos que la Adri, atormentada y al borde de perder la cordura y parte importante del hilo dental que ocupa después de cada comida, no halló nada mejor que pedir hora con un parasicólogo.

¿Y adivinen para qué? Se hizo un exorcismo express.

Tal como lo leyó. Ella y sus curvas se entregaron a ojos cerrados a las manos de Alejandro Morgan, conocido al otro lado de la cordillera por sanar a varios rostros y políticos de alta alcurnia.

"Cuando me acerqué a ella noté de inmediato que estaba trabajada con magia negra (...) Además, recibió sobres con manchas de aceite y un tumba pequeña con cintas de color verde y rojo, lo que atacó su salud y el amor", nos contó Morgan desde Buenos Aires, tras someter a una íntima limpieza de alma a la ricura.

Por lo que se puede apreciar en las imágenes del ritual registrado por un programa che, la cabra se entrega con toda la fe y Morgan con una vela en llamas recorre parte de su cuerpo e incluso pasa la vela por entre las piernas de la compatriota y casi le quema el colaless.

Además recorre su cuerpazo con las dos manitos a la altura de su delantera, el ombligo y la cabecita. "Antes de la sesión se me había ido el habla, tenía dolores en todo el cuerpo e incluso me peleé con gente que nunca antes tuve algún problema", dijo la wachita.

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