Tony Esbelt sacó el manguerómetro y vaciló hasta la Bomba 4

Una rutina que hasta al mismísimo Benni y la Súper Xuxá hubiesen sonrojado, se mandó anoche Mauricio Flores con su personaje de Tony Esbelt en el Festival de Viña.

El personaje al que se le chorrean los helados, hizo de los chistes de doble sentido el eje de su rutina, que desde un principio recibió el apoyo del Monstruo.

El humorista chacoteó con el Rafa y de entrada el público no dudó en pedir el beso entre ambos. Obviamente, el golosín de Tony pidió a grito pelado el piquito lo que no alcanzó a concretarse.

El humor de salón que se despachó Flores, tuvo como principal objetivo festinar con los colipatos. Incluso no dejó de lado su clásico manguerómetro, el que testeó las partes íntimas de Rafa Araneda.

La rutina, que sirvió para celebrar los 25 años de carrera del humorista, incluso repasó con un chistecito a nuestra Bomba 4.

Una vez que finalizó la primera parte de su rutina y entraron los animadores para despedirlo, el Monstruo hizo dedo para arriba y empezó a pedir a grito pelado la Antorcha, la que llegó al toque.

Al minuto, la barra fue por más y exigió la Antorcha de Oro, que recibió lleno de emoción Mauro, quien en medio de lágrimas, sólo tuvo palabras de agradecimiento para su público.

"La última vez que estuve acá vine con mi hijo. Ahora él es mi mánager y hoy está de cumpleaños, esto es para ti hijo", dijo llorando de emoción.

Después de recibir sus dos premios, Flores quiso regalarle una sorpresa al Monstruo y sacó del clóset a su personaje Melame.

El mono volvió a sacar carcajadas con sus parientes, como te lo pin y te lo pongo, aguirre y agarra y te lo dije y te lo dejo, entre otros, sin contar el chiste prohibido que fue la guinda de la torta de una jornada llena de emoción para el humorista.

En todo caso no le alcanzó para la Gaviota, y un lote de tuiteros críticó su rutina puntuda.

Mauricio Flores tuvo una jornada tranquiléin antes de subirse a la Quinta. "Desperté (por ayer) a las once después de haber visto a mi amigo Óscar Gangas, quien me dejó muy contento. Estaba con la esposa de Óscar, pero no se lo cuenten, jejejé", confesó el picarón a La Cuarta. Pa'l desayuno de campeones pidió una ensalada de frutas, jugo de damasco y partió a ensayar desde el mediodía a las 14 horas. Medio cabalero, el comediante fue a matar el diente a su picada regalona, Don Tito, donde lo atienden como rey. "Yo vengo a este restaurante desde la primera vez que subí al Festival, el año 98, es la cábala que tengo", señaló antes de comerse una plateada con papas fritas.

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