Vander se sancocha con tinto y ducha sin cálefont

Catorce años tuvieron que pasar (desde Adrenalina) para que el galán de galanes, Roberto Vander, volviera actuar en una teleserie chilena. Se trata de Las Infiltradas, la próxima nocturna de CHV.

El hombrón, quien ni a palos confiesa sus calendarios, lleva varias semanas poniendo su cara más agria para darle color al narco Octavio Gangas, su personaje en la producción sobre chiquillas policías y bandidos sin moral.

"Soy un capo de la mafia mexicana, un villano, un duro de mucho poder que inspira miedo, un hombre de mucha fuerza, magnate y socio de Faustino (Héctor Noguera), porque ambos tienen negocios ilícitos", adelanta el experimentado actor de origen holandés, en pleno break del rodaje en Las Vizcachas.

Al igual que algunas de sus compañeras de elenco, como Bárbara Ruiz Tagle y Katty Kowaleczko (detectives del cuento), Vander ha tenido instrucciones de tiro para ser un malandra de verdad: "El personaje carga con un arma de oro impresionante... Pero en todo caso, yo he manejado armas en otras teleseries y siempre hay asesores que te ayudan".

- ¿Te gusta ser el tipejo malo del rollo?

- ¡Me encanta, disfruto haciendo de villano! Con ello, este año he tenido un reencuentro súper bonito después de más de diez años de no hacer telenovelas acá en Chile. Todo ese tiempo me lo he pasado haciendo novelas en México, Perú, Colombia, Miami. No he parado jamás de grabar en el extranjero.

- Vaya, y ni se te nota tanto trajín...

- Estoy siempre como galán, como me quieren ver las mujeres, jajajá. Y los años nunca los digo porque la edad con la que me ven, esa es la que tengo.

- ¿Tienes una máquina del tiempo o una receta de los marcianos?

- Mi fórmula es un buen vino chileno y bañarme con agua fría, bien helada. Una copita de vino tinto al día, maravilloso.

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