A pesar de que hizo gritar a las más de 14 mil chiquillas que llegaron anoche a la Quinta Vergara, el charro Alejandro Fernández quedó con así la mansa vena tras su espectáculo. ¿El motivo? Problemas con su equipo de audio.
Resulta que el cantante cuate no tenía retorno de su voz al momento de comenzar a cantar, por lo que se le vio incómodo y con cara de pitbull hasta la quinta canción. Fue ahí donde le arreglaron el aparato y pudo seguir charreando en su estilo.
En conferencia de prensa tras el show, Fernández se desahogó y descargó su rabia por el cablecito que casi le funa su presentación.
"Son cosas que se salen de las manos. Tuvimos un problema mecánicos que nadie se puede enterar. Los cables con lo que escuchamos la música se rompió y no escuchamos nada. Fue una cosa que se salió de nuestras manos y traté de dar lo mejor de mí, todo el mundo se estaba volviendo loco. Esto fue lo que cagó el show", dijo el mexicano con cara de pocos amigos y se retiró sin aceptar preguntas.