A días del estreno mundial de "Rápido y Furioso 7", Vin Diesel se sinceró con la revista gringa Variety, detallando el parto que fue terminar el filme tras la muerte de su yunta, Paul Walker a fines del 2013. "Ha sido el rodaje más difícil que he tenido".
Pasó en una noche de grabación de la séptima entrega de la saga tuerca, en que el calvo casi en una premonición y tras una escena brígida, quedó espirituado y pensando en la pelada. Por eso tras el "¡corte!", tuvo una de las últimas charlas profundas con su sociate Walker. "Si llego a morir, hazle saber a la gente el tipo de hermano que he sido para ti", soltó el musculoso, sin saber que meses más tarde sería su compañero de rutas y no él, quien llevaría sus llantas al cielo.
Fue así como el equipo de "Rápido y Furioso 7" se tomó cuatro meses de duelo y tuvieron que convencer a Diesel que siguiera acelerando en memoria de su amigazo y así lo hizo, aunque estaba hecho pedazos. Si incluso no salió de su casa por semanas.
Diesel ha confesado que durante el 2014 lagrimeó más que en toda su vida. De hecho la primera escena que hizo al volver a la pega lloró mucho: "Se suponía que tenía esa actitud desafiante, y me eché tres cajas de pañuelos y me sentí pésimo. Muy avergonzado, tuve que salir a caminar para calmarme. No podía contenerme, ha sido el rodaje más difícil que he tenido".
Pero al final a pura garra sacaron la pega adelante y este jueves 2 llega "Rápido y Furioso 7", convertido en uno de los estrenos más esperados del 2015.