Yamna y Thiago se azotan en el pasado

A sabiendas que la Yamnita podía cerrar la puerta por fuera de la casona de Pirque, el xuxuco, que no es de fierro, por fin se pegó el alcachofazo y le compró todos los añuñús a la ex cocotera. Mmmmm.

Dicen las viperinas del más acá, que dicho sea de paso están postulando a Psíquicos, que la Yamna entró con una sola misión al reality de moda. No importando los medios, tenía que lograr atravesarle el cascarón a Thiago, miren que hace rato que mi tío venía prometiendo y prometiendo, pero nunca concretaba.

Y a diferencia de sus compebres de encierro, estaba último en la tabla de anotaciones. No se olviden que por poquito casi cae ante los encantos de Camila Nash, para después dejar pasar a la matadora Paz Gómez ¿será?

¡VIVA CHILE!

Cuento corto y con los días contados, Yamna siempre se fijó en lo fibroso que era su objetivo. Tanto así que tras volver al encierro se fue en picada a regalonear al ex amigo de bailongo de Fabricio. De una se notó que al brasuca le pasaban cosas con la señorita de apellido salado, miren que apenas podían se arrancaban pa’ lo oscurito.

La cosa es que de tanto jugar a la escondida china y al semáforo, la parejita terminó entregándose a esa pasión reprimida que saca lo mejor de lo nuestro en un improvisado ring del amor. Testigos de la cucharita con aceite hirviendo nos soplaron que la noche en que Thiago y Yamna se dejaron llevar por el amorsh, en la casona del pasado como que todo fluía, hermano.

Muy cerca de la fusión entre Chile y Brasil, otra compatriota de corazón alargaba la frontera de la copia feliz del Edén. La Domi y Joche, después de la mansa mocha que se mandaron tras un feo comentario del boludo que habla cantadito como Luli, arreglaron su cuento a la buena y con harto cuchicuchi bajo las sábanas.

Para no quedarse abajo de la micro hot, Mariana y Roca se sumaron a la causa con su correspondiente y piola mañamañaña. Lo divertido de este cuento es que a todos les subió la temperatura en la pagoda del pasado. Y eso que la cuestión no es un motel.

Y mientras eso pasaba, por los parlantes les sugerían que pararan pero, nadie obedeció.

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