Yerko quiere hacer su "bum bum" en el cine

Puede que Yerko Puchento haya dejado las luces de "Vértigo" hasta nuevo aviso, pero seguirá pegando con su obra "Yerko, al poder" que se ha presentado a tablero vuelto en cuanto proscenio se ha parado.

Y es que el personaje es el regalón de la barra y tiene carta blanca y licencia para darle duro a cualquiera en su canal. Por eso, parlamos con su papi, el libretista Jorge López, sobre el fenómeno Yerko que lo ha tenido por doce años dándole al bumbum, con tanto éxito que ya andan dándole vueltas a una idea loca: hacer una película sobre el engominado.

- ¿Por qué las rutinas de Yerko son prácticamente cadena nacional?

- Porque se refiere a la contingencia y no tiene temas vetados. Se ríe transversalmente, desde la derecha a la izquierda. Además que lo hace con humor y dice lo que la gente piensa de las personas y las instituciones.

-¿Cómo ha cambiado Puchento con los años?

- En una primera etapa, se refería mucho a la farándula, y en una fase siguiente, se abrió a la contingencia, a lo que pasa en la semana. El abanico se amplió: farándula y contingencia. Creo que la temporada pasada y esta ha sido un 80% ó 70% actualidad  y el resto de farándula o los invitados. Ese cambio fue bien recibido.

- ¿Es el nuevo angelito del 13?

- No, simplemente es un buen personaje, muy querido, valorado por la gente, eso nada más. La apertura a reírse de otros temas ha sido muy bien acogida por la gallá, no sólo reírse de los famosos, sino que reírse de lo que pasa en el país.

- ¿Cómo lo hacen pa' no no fundir la fórmula ?

- A diferencia de un personaje de "Morandé con Compañía", que está todo el año, Yerko está 13 capítulos y desaparece. Siempre me he preocupado de que desaparezca de pantalla, para no quemarlo. No es la idea estrujarlo por estrujarlo, así lo echan de menos. Uno construye una historia para que vuelva y deja tiempo  para que pasen cosas en el país. Eso es clave para Yerko.

- ¿Cómo sería Yerko como Presi?

- Sería un desastre, porque es muy vendido, doble standard, le cambian los jefes y se enamora de los que llegan, jejejé.

- ¿Qué chistocitos te sacan carcajadas?

- Toda la vida me ha gustado Coco Legrand, ha hecho una mirada social extraordinaria, en su estilo. Kramer es de nivel internacional, como imitador, como compone  sus películas es de otro nivel, tiene un talento que no lo he visto nunca en ningún imitador. ¡Es soberbio! Otro que me gusta es el Che Copete.

Coherente

-¿Y la película de Yerko, pa' cuando?

- Puede ser, tengo una idea en la cabeza, pero más adelante, queda mucho "Yerko, al poder", nuestra idea es recorrer todo Chile.

- ¿Cuál es el secreto? Porque como dupla han visto pasar jefes, dueños y rostrillos, y ustedes siguen bien paraditos...

- Ha pasado mucho tiempo, de todo, yo llevo 22 años en el canal, mucho tiempo... El personaje ha pasado por muchos jefes, administraciones y la mayoría de las veces hemos tenido muy buena relación, pero también hubo un tiempo en que salimos de pantalla en la época en que el canal era de la Iglesia. Estuvimos cuatro años sin pantalla, no es que hemos estado siempre. Pero hemos vuelto, que es lo importante.

- Pese a todo, Yerko jamás cambió...

- El personaje siempre ha sido coherente en parecer un infiltrado dentro del canal, la voz no oficial, ha habido una buena relación con todas las gerencias, pero hay que adaptarse a cada período.

- Al final, los jefes quieren a este chico rebelde... 

- Pero es que al hijo rebelde uno lo quiere igual. Además que en rating ha funcionado, pero aparte se le reconoce un humor entretenido, inteligente.

- ¿Hay libertad pa' dispararle a lo que se mueva?

- De partida, nos reímos de nosotros mismos. Alguna vez acusaron a Yerko de que le soplaban todo por la muela y fuimos los primeros en reírnos. En una rutina, se la sacó, dijo que estaban diciendo que no tenía cerebro, quemó la muela y ahí quedó, no pudo hablar más. ¡Tuvieron que traer otra!

- O sea, desde ahí parte el chipe libre... 

- Cuando uno se ríe de sí mismo, del mismo canal, de los animadores, del programa, es el piso para reírse del resto, de las autoridades, partidos... La clave es esa, si no pudiéramos reírnos de nosotros mismos como canal o como personajes sería nefasto.

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