El inmortal personaje de la serie "El Chavo del Ocho" sacó risas con sus miles de trabajos en la vecindad.
Cuentan los asistentes al funeral de Ramón Valdés que cuando su cuerpo fue sepultado en el cementerio de Ciudad de México, la actriz Angelines Fernández -conocida en el mundo entero como La Bruja del 71- quedó tan impactada que estuvo media hora parada frente a la tumba de su amigo repitiendo "mi monchito, mi monchito". Ambos integraron la "época dorada del cine mexicano" y saltaron a la inmortalidad televisiva con sus personajes en los distintos programas de Chespirito en la década del setenta.
El sentimiento de Fernández se hizo común en toda latinoamerica ese 09 de agosto de 1988, el día en que el maldito cáncer de estómago apagó para siempre el talento de Don Ramón. El vicio al cigarro le pasó la cuenta al papá televisivo de la Chilindrina y perdió la vida tras una compleja cirugía que pretendía reducirle al máximo su aparato digestivo.
Con la muerte de "Ron Damón" nació la leyenda urbana y muchos mitos. Como los que cuentan que era el único personaje en toda Televisa con permiso para prender un cigarro en cualquier parte de la estación o que su salida del programa dirigido por Chespirito se debió al excesivo protagonismo que adquirió Florinda Meza en las decisiones el programa.
Cahuines aparte, la imagen de don Ramón se transformó en objeto de culto hasta nuestro días. Las personalidad que le dio el actor al personaje más amado de la vecindad de Chavo tuvo como consecuencia que Valdés y sus escenas sean de las más recordadas de la serie mexicana. Al igual como lo son sus recordados sus múltiples oficios para ganarse la vida en la compleja vecindad.