Joven basquetbolista fue elegida como la nueva reina del Festival de la Leche y la Carne, con el apoyo de la ex chica reality. Una historia de empeño que no tiene nada de Cenicienta.
Las aplauden. Les sacan fotos. Ellas se ponen para la imagen. Las abrazan. Les piden consejos. Y uno que otro, los más patudos, se atreven a pedirle el WhatsApp. Bueno, a esos últimos le va pésimo en ese intento. Las madrinas del Festival de la Leche y la Carne de Osorno fueron algo así como las hadas del sur. Como si fueran una fuente de deseos. Tal cual.
Pero las que más disfrutaron a estas hadas fueron las cuatro candidatas a lograr el trono del certamen, unas niñas que, en todo caso, no tenían mucho de "Cenicienta".
Mujeres empoderadas, como se auto definieron ellas. Anaís Vera era una de esas "Cenicientas". Alzada sobre su metro 70, camina junto a su hada, Yuli Cagna, por los pasillos del Hotel Sonesta.
Van felices. ¿Amigas? Casi. Pasan al bar, piden un par de aguas y hablan de lo más relajadas. "Quería que me tocara ella, siempre la seguí", confiesa la joven basquetbolista de 18 años, cuando se le pregunta por tener de asesora a Yuli, una chicha reality bien apañadora.
Todas son felices. Perfectas. Las candidatas son las más, porque ven cómo sus especiales madrinas hacen de todo por ganar los votos. Y así lo ve Anaís, quien alabó el empeño de su nueva amiga. Estuvo con ella en todo momento y lucharon de la mano por ganar los votos y el cariño de la gente.
La lucha en las urnas se anuncia cerrada. Es que las otras madrinas, Mariela Montero, Nataly Chilet y Flavia Fucenecco, también tienen claro cómo mostrar lo suyo. Y con dientes. Saben de esto, saben encantar, saben lo que quiere el público y, claro, se dejan querer en esta vorágine.
Ya son las 20.30 y es hora de conocer a la ganadora. Al dúo, en rigor. Las que terminaron por conmover más a los osorninos fueron finalmente Yuli y Anaís. Le llegan a salir alas de lo felices que están.
Sueñan con Shakira o Chayanne. Jaime Bertin, alcalde de Osorno, es honesto y a sus 65 inviernos admite que nunca en su vida había escuchado un tema de Damas Gratis (banda argentina invitada) hasta el viernes que recién pasó, cuando bien entrada la madrugada los reyes de la cumbia villera salieron a escena y el Parque Schott se vino abajo.
"Fue increíble ver a 12 mil personas cantando eufóricas, todo un récord", admite orgulloso. Y con sinceridad reconoce que, de cierta manera, con este festival ya tocaron techo, por lo que es preciso pensar en un certamen con pantalones largos para el verano del próximo año.
Y claro. A la hora de las cuentas el edil que no se achica en decir que el de su ciudad "es el festival más grande del sur" y, por lo mismo, siente que ya las hicieron todas de acuerdo al tamaño del bolsillo. "Ya trajimos a todos los artistas intermedios que estaban a nuestro alcance", dice, agregando otro dato: "Muchas veces traemos antes a los artistas que irán a Viña del Mar", como pasó este año con Dino Gordillo y Camila Gallardo.
Pero otra cosa es con guitarra. Y el 2020, cuando Osorno festejará los 15 años de su festival, el jefe de las canas se permite soñar en grande. "Traer artistas de 400 ó 500 mil dólares hoy ya se nos escapan, pero a eso deberíamos apuntar", anuncia.
- ¿Está la idea de que el Festival de Osorno se proyecte mucho más? Ese paso, que debemos dar en un momento determinado, ya tendría que correr por parte de una institución que se haga cargo de esto, vendiendo los auspicios, para traer mañana a artistas de la categoría de Shakira o Chayanne.
- ¿Y podría ser televisado, además, o no? Claro, a eso apunta. La única forma de llegar a ese nivel de artistas es buscando esa fórmula, porque tendríamos que cobrar mucha plata en las entradas y eso no lo haremos.