Susan Schneider, viuda del actor, habló a ocho años del fallecimiento de una de las estrellas más queridas de Hollywood.
El mundo quedó impactado luego de que se informara la muerte de Robin Williams. El actor de 63 años se quitó la vida el 11 de agosto de 2014, colgándose en un closet de su casa.
Para los seguidores del cine, el intérprete dejaba una larga lista de exitosas producciones, un legado en el humor y el drama; y un sentimiento de desolación por la dolorosa muerte que sufrió.
Recientemente, su viuda Susan Schneider, concedió una entrevista donde reveló datos desconocidos de la deteriorada salud del actor.
La mujer contó que el calvario comenzó en 2013, luego de celebrar su segundo aniversario de matrimonio, y desde ese entonces, Robin solo fue empeorando.
Sin diagnostico determinado
Dolores estomacales y temblor en su mano izquierda, fueron los primeros síntomas, seguidos de calambres estomacales, problemas digestivos y acidez; lo que evidentemente mermó su estado anímico.
Sin embargo, lo peor vendría después: problemas de vista, pérdida del olfato y dificultades para dormir; todo esto mientras los médicos no podían determinar un diagnóstico.
Ansiedad, paranoia e insomnio
“Fue como un desfile interminable de síntomas, y no todos se hacían presentes a la vez. ‘¿Qué síntoma le toca este mes?’ Llegué a preguntarme si mi marido era hipocondríaco. Acudimos a todo tipo de especialistas, pero no había respuestas. Lo intentamos todo”, contó Susan.
“Durante el último año de su vida, Robin se enfrentó a ansiedad, paranoia, insomnio, aterradoras realidades alteradas y una montaña rusa de esperanza y desesperación”, agregó la viuda del actor.
El intérprete fue diagnosticado erróneamente de Parkinson, pero las autopsias revelaron que había padecido demencia de cuerpos de Lewy, enfermedad neurodegenerativa que causa demencia.
“Fue uno de los peores casos que habían visto los profesionales médicos”, finalizó la mujer.