Arturito vive su propia "casa de papel" en Chile

Actor español Enrique Arce hace un mes llegó a Chile y se instaló en el Barrio Lastarria. Cuenta cómo vio mutar el taquilla sector a ser uno de los epicentros de las manifestaciones: "Había sido una especie de SoHo de Nueva York y ahora se convirtió en una trinchera".

Enrique Arce, actor español que popularizó a "Arturito" en la serie de Netflix "La casa de papel" (un grupo asalta la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España, y queda la embarrada en el país), llegó a Chile el mes pasado para grabar "Inés del alma mía", serie española que cuenta con el apoyo de Chilevisión, y que hasta fin de año tendrá rodaje en el desierto de nuestro país, la zona central y Perú.

Arce se instaló en el barrio Lastarria, le pareció muy lindo y tranquilo, pero de pronto todo cambió.

Apenas llevaba unas semanas acá cuando se encontró de golpe con el estallido social y empezó a vivir en primera persona el caos santiaguino. "Son cosas sorpresivas para mí, me he encontrado con todo esto, vivo en una zona muy conflictiva y lo he vivido así, aunque creo que cuando un pueblo se une de esta manera, algo o mucha razón deben tener. Todo despertar y revolución, si es popular y no tiene intereses más allá de la justicia y dignidad están legitimadas", apunta el actor.

"Arturito" ha sido testigo de todo lo que pasa en el sector que colinda con la Alameda, a pocas cuadras de Plaza Italia: marchas pacíficas, batallas entre manifestantes y Carabineros, desmanes y, la semana pasada, el incendio de la Iglesia de la Veracruz.

Frente al momento que vive nuestro país, Arce se muestra sorprendido por la unidad de los chilenos: "que las barras de los equipos estén juntas y no agarrándose a trompadas es algo único". También por la magnitud que esto ha alcanzado. "Yo hacía la comparación de Chile con España en las protestas, mientras allá se está separando el pueblo, acá se une exigiendo salud, educación y un mejor vivir", indicó.

-¿Cuántas protestas llevas en el cuerpo? No es que busque las protestas, ellas me han buscado a mí. Yo no me uno porque no puedo correr riesgo y ahora que estoy grabando, eso es imposible, pero sí me ha hecho reflexionar mucho sobre el pueblo latinoamericano, cómo ha vivido con estas opresiones. Estamos viviendo una realidad paralela que se retrotrae a 500 años atrás.

-¿Te preguntan en Europa por lo que está pasando acá? Sí, y por eso intento ser la voz desde mi pequeño huequecito para que sepan lo que está pasando por Chile. Muchas veces la fama y la popularidad tienen que servir para causas mayores, uno tiene que servir que esto se visibilice.

-¿Cómo es estar en un barrio que de un día para otro cambió? Mi chica llegó el mismo día que explotó todo, hasta entonces Lastarria había sido una especie de SoHo de Nueva York y ahora se convirtió en una trinchera. Ver a la gente protestando, las pintadas, convivir con los gases lacrimógenos como una cosa normal cuando no debería serlo. Siento inquietud, pero también estoy un momento histórico para este país y me gusta vivirlo desde adentro, porque es historia que está viviendo, estoy en la zona cero, viviéndolo en primera persona.

-¿Cómo ha afectado la situación del país con las grabaciones? Cuando hay un paro general, cuando la gente decide parar, todo eso afecta la producción, entonces ha habido que reestructurar el organigrama, recortar escenas.

-¿Para ti hay un parangón entre lo que sucede ahora y la historia española-chilena? La historia la cuentan los vencedores con la aceptación de los vencidos. Se nos ha contado una historia en España sobre la conquista que poco tiene que ver con lo que realmente, pero viajando se curan todos los nacionalismo y todos los patriotismos, a lo mejor no somos tan buenos, ni ellos tan malos.

-¿Qué opinas de que se derroquen símbolos españoles como el busto de Pedro de Valdivia? No es para que se quemen esas cosas, el busto de Valdivia no tiene la culpa de lo que está pasando con el gobierno de Piñera, creo que no hace falta. Hay formas de protestar y muchas de ellas las apruebo, pero siento que de repente se pierde un poco el foco con lo vandálico.

-Mucha gente sale a protestar con máscaras de la "Casa de papel", qué te parece. Es una reflexión sobre la ficción aceptando la realidad. Son productos que le hacen ver a la gente que se puede vencer al sistema, tienen mucha importancia, podría ser un incentivo cuando el sistema es corrupto. A mí me llena de orgullo porque pese a que soy el capullo de Arturito es algo que pasó fronteras. La Casa de Papel se convirtió en un cono del movimiento antisistema, animan a la gente a que nos quitemos la sonrisa impostada y nos pongamos a pelear por lo que es nuestro.

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