Así fue el regreso de Metallica a Chile: entre fuegos artificiales y demoras

Foto: Jaime Valenzuela
Foto: Jaime Valenzuela

La banda estadounidense completó su sexta visita al país con un espectáculo en el que interpretaron los temas más icónicos de sus 40 años de trayectoria. Aun así, diversos usuarios de redes sociales denunciaron largas esperas en el Club Hípico. El sonido, eso sí, fue impecable.

Este miércoles 27 de abril, Metallica se reencontró con su fanaticada chilena tras cinco años de espera desde su visita a Lollapalooza Chile 2017, en una cita que inicialmente se postergó por la pandemia y por diversas causas asociadas a la confirmación de un recinto que cumpliera con los requerimientos para acoger un espectáculo a la altura.

Finalmente, el espacio escogido fue el Club Hípico de Santiago, lugar que los estadounidenses pisaron por última vez en enero de 2010 y al que anoche regresaron en el marco de su primera fecha de la gira sudamericana, luego de realizar esta semana una prueba de sonido que no dejó indiferentes a los vecinos del sector, debido al alto volumen de los parlantes.

Desde antes de que iniciaran los primeros invitados de la jornada, el grupo nacional de rock pesado Yajaira, distintos usuarios de redes sociales reclamaron por las largas filas para ingresar al evento. Y a pesar de que, según reportaron algunos de ellos a través de Twitter, no todos alcanzaron a ver el acto inicial, los chilenos entregaron una apertura que recibió aplausos y apoyo general del público.

Más tarde, con ocho minutos de retraso, los oriundos de Míchigan, Greta Van Fleet, subieron al escenario del Club Hípico para presentar un espectáculo en el que resaltaron los solos de guitarra y los gritos imbatibles de Josh Kiszka, frente a un recinto que aún no llenaba la totalidad de la cancha ni las graderías.

Tras interpretar temas como “Safari Song”, “Black Smoke Rising” y “Highway Tune”, con su vocalista repartiendo flores en dirección al público mientras sus compañeros continuaban con improvisaciones instrumentales, la banda completó un show con un sonido idéntico a sus álbumes de estudio y que duró cerca de una hora con 20 minutos.

Una vez que terminaron, el recinto estaba repleto de poleras negras y, en la cancha, ya se apretaban para ver a Metallica desde más adelante, pero a pesar de que la cita con el grupo de James Hetfield estaba programada para las 21:00, esta empezó una hora más tarde.

Fue ahí cuando las luces se apagaron e inició el video introductorio que utilizan los estadounidenses para abrir sus conciertos: un fragmento de Clint Eastwood en El bueno, el malo y el feo (1966), con la canción “The Ecstasy of Gold” de Ennio Morricone de fondo.

Luego vino el descontrol: Metallica subió al escenario para iniciar con “Whiplash”, mientras Hetfield, Kirk Hammett y Robert Trujillo se paseaban a lo largo de la plataforma con sus instrumentos, Lars Ulrich se paraba del sillín de su batería para animar con gestos y el público de la cancha ya encendía las primeras bengalas de la noche.

A diferencia de su última visita a Chile en el marco de Lollapalooza, en donde su show partió con dos de los temas de Hardwired…To Self-Destruct (2016), “Hardwired” y “Atlas, Rise!”, esta vez partieron con los clásicos: al ya mencionado “Whiplash”, el cual es parte de su debut Kill Em’ All (1983), y “Ride the Lightning” del álbum homónimo publicado en 1984.

El fuego, los atrasos y un sonido impecable

A lo largo del concierto, en el cual interpretaron un total de 16 títulos recogidos de distintas épocas de su carrera, los estadounidenses sorprendieron con llamas y fuegos artificiales que salían de los costados superiores del escenario en medio de las canciones, en las partes en donde la música tendía a acelerarse.

No faltaron clásicos como “One”, en donde el fuego cumplió un rol clave a la hora de ambientar la introducción en la que se escuchan bombas, mientras que tampoco quedaron ausentes otros como “Sad But True”, “The Unforgiven” y “For Whom the Bell Tolls”.

Entre medio de esos temas, Hetfield tomó el micrófono para agradecer al público por esperar por su regreso, además de destacar que Metallica ya lleva 40 años girando alrededor del mundo, una carrera en la que anoche concretaron su sexta visita al país.

De esta manera, siguieron con “Master of Puppets”, para luego retirarse del escenario rápidamente y después, tras los gritos del público, volver a interpretar “Spit Out the Bone”, “Nothing Else Matters” y el tema final de la cita: “Enter Sandman”.

A pesar de que el concierto duró casi dos horas en su totalidad, los integrantes de la banda se quedaron unos minutos más en el escenario para celebrar su regreso a Chile con el público.

Mientras Ulrich aplaudía y agradecía a los asistentes a través del micrófono, Hetfield, Hammett y Trujillo se paseaban a lo largo del escenario para repartir uñetas de recuerdo para los fanáticos ubicados en las primeras filas de la cancha.

Finalmente, el bajista sentenció con un grito correspondido por los asistentes “¡chi chi chi, le le le, viva Chile!”.

Y una vez que ya estaban fuera de escena, las pantallas del Club Hípico proyectaron una suerte de documental en el que se vieron imágenes del montaje del escenario, la llegada de la banda al país y paseos callejeros de parte del equipo de Metallica.

Si bien, la salida del recinto estuvo marcada por las mismas filas largas y aletargadas que para ingresar, Metallica completó su sexta visita a Chile con un espectáculo en el que, a pesar de que inició una hora más tarde de lo programado, sus integrantes ofrecieron un concierto sin problemas de audio de ningún tipo, y en donde el fuego y la pirotecnia tuvieron un rol protagónico.

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