Bake off con sabor amargo

Viendo el segundo capítulo de "Bake Off", de CHV, me da la sensación de estar frente a un programa que no tiene por dónde ser exitoso. Esta versión chilena, obviamente con participantes amateur, no tiene ningún brillo.

Yo diría que el casting es lo más débil. Quisiera estar equivocado, pero creo que los participantes son muy fomes y planos, no existen los "personajes" que debiese tener este tipo de formato.

Tengo un tema también con la luz, me genera mucho ruido que las grabaciones sean a plena luz del día, dentro de esta especie de carpa, y las emisiones sean de noche. A lo mejor son detalles que sólo me molestan a mí, pero insisto en que esta versión chilena de pasteleros no alcanza a "calentar motores".

En la conducción, Carola De Moras le da el toque de simpatía al cuento, ya que los 3 jurados son bastante grises, aunque reconozco ver a un Yann Yvin más relajado que en MasterChef.

Por lo menos le salen divertidos los adjetivos como "callampa" para referirse a algo malo, pero se nota que su especialidad no es la repostería, entonces ese rol lo cumple Gustavo Sáez, el jurado más joven, nacido en Puerto Montt y muy reconocido internacionalmente, que durante el 2016 fue catalogado como mejor Pastry Chef en el ranking The World's 50 Best Restaurants.

çSin embargo, nunca había participado en televisión y se le nota, no le da el dramatismo ni el ritmo que necesita la tevé, y lo mismo me pasa con la tercera jurado, Milena Vallejos. Bien en sus conocimientos, por algo lleva 18 años dedicada a la pastelería, pero tiene cero sentido del espectáculo. Lamentablemente, no me gustó para nada esta adaptación chilena de Bake Off. Esperemos que el jurado repunte.

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