El actor estadounidense entró en uno de sus períodos más oscuros tras concretarse su divorcio de Jennifer Garner.
La vida del actor Benjamin Geza Affleck-Boldt (46), conocido mundialmente como Ben Affleck, ha sido un transitar entre el prematuro éxito producto de un inagotable talento actoral, que le valió iniciar muy pequeño su transitar en filmes (a los 9 años, en 1981, debutó en la película The dark end of the street), a un carrusel de desenfreno entre sus vicios más enquistados como el alcohol, el cigarrillo y la ludopatía.
Ni siquiera la tranqulidad de haber formado una familia casi ideal con la también actriz Jennifer Garner (en 2005), con quien tuvo tres hijos (Violet, Seraphina y Samuel), pudo con los fantasmas de Ben, quien puso fin hace tres años a este matrimonio con una mediática separación de la mujer con quien compartió además escena en películas como Pearl Harbor y Daredevil.
Para suerte de Affleck, y pese a los innumerables rumores que hablaban de un quiebre por infidelidad del actor, la madurez de Jennifer para afrontar la ruptura pudo acallar a gran parte de la prensa de farándula por el 2015.
Al final, la actriz revelaría a sus cercanos que ni sus vicios o supuestos affaires habrían sido los culpables de la separación. Affleck había sido absorbido por la maquinaria de Hollywood y ese encantamiento acabó por sepultar el amor de la pareja. "Jennifer se sentía ignorada y rechazada por un marido que no estaba presente en su vida", era el argumento que daban los amigos de la actriz.
Lucha contra la adicción
Por eso no resulta extraño que ambos mantengan una buena relación hasta el día de hoy y que Ben, a pesar de su lucha constante contra su adicción al alcohol, esté muy presente en la vida de sus hijos. Razón argumentada por un cercano a Affleck al Daily Mirror para explicar los motivos de porqué el actor -una vez firmada la nulidad con Garner- fuera ingresado nuevamente a un centro de rehabilitación.
"Luchar contra cualquier adicción es una lucha de por vida y difícil. Debido a eso, uno nunca está realmente dentro o fuera del tratamiento. Es un compromiso a tiempo completo. Estoy luchando por mí y por mi familia", había dicho el ganador del Oscar (por su dirección en "Argo") la última vez que pasó por un centro, donde celebró sus 40 días de abstinencia.
Y este triste momento se ha trasladado también en el trabajo, pues ya no lo quieren intepretando a Batman, con quien debutó con baja aceptación en la "Liga de la Justicia".
"Esto no es solo una enfermedad que se cura de una sola vez... Ben tiene y siempre estará trabajando duro para mejorar. Quiere trabajar, ver a sus hijos y centrarse en su recuperación", remató a la publicación británca un cecano al actor, que ya cuenta los días para acabar con sus adicciones y retomar parte de esa vida familiar que el mundo de Hollywood, el juego y el alcohol le quitaron en alguna parte de vida.