El actor se sinceró sobre su historia de amor con la argentina.
Han pasado casi 10 años desde que Benjamín Vicuña y Pampita Ardohain vivieron uno de los episodios más dolorosos de sus vidas, tras el fallecimiento de su hija Blanca.
Recordemos que la pequeña fue víctima de una extraña infección, que le dio en medio de sus vacaciones por México.
Sus padres tuvieron que pasar por un doloroso proceso que significó que su relación tuviera una gran metamorfosis.
Revista Velvet tuvo acceso exclusivo al libro de Benjamín, donde el actor habla de las emociones que atravesó en este proceso.
“Cuando murió Blanca, ante mí se abrió una puerta que por apenas treinta segundos me permitió ver y entender todo. Pude ver desde la fragilidad lo pequeño que era este mundo, lo insignificante que era todo”, señaló.
Sobre el cambio que experimentó Benjamín y Pampita, el intérprete comentó en las páginas de su relato como fueron los primeros momentos.
“Durante los primeros meses, Carolina se despertaba todas las noches preguntando desesperada: ‘¿Dónde está Blanquita?’. Se levantaba de la cama, caminaba por el pasillo e iba a su cuarto. La buscaba como una leona desesperada”, dice Vicuña.
“Yo solo podía abrazarla, contenerla y responder: ‘Nuestra niña está bien, está en un lugar mejor’. Como una frase que se repite, como un texto aprendido de una escena mala”, indicó.
“En eso no fuimos nada originales. En algún lado leí que, después de la muerte de un hijo, el 75% de las parejas se separan”, comentó.
“Es muy duro estar en ese círculo donde se retroalimenta el dolor. Tienes que brindarle consuelo a tu pareja y es imposible porque estás destruido, y a tu pareja le sucede lo mismo”, agregó.
“No busco justificarlo, pero entiendo que también la tragedia nos separó (…) Hoy lo que nos une es Blanca y nuestros otros hijos”, sentencia Benjamín.