El sex symbol setentero murió a los 82 años, justo cuando trabajaba para la nueva película de Tarantino. Uh hombre que se forjó desde abajo y que hasta desechó hacer de James Bond, Han Solo y Michael Corleone.
Con más de cien películas en el cuerpo se fue Burton Reynolds. El actor estadounidense ayer falleció a los 82 años producto de un ataque cardíaco.
El hombre del bigote, sex symbol de los años 70, hasta los últimos días de su vida estuvo vinculado al cine. Tenía tanta pasión por su trabajo que, pese a su avanzada edad, se encontraba actualmente trabajando en la novena película del director Quentin Tarantino, "Había una vez en Hollywood" (se estrena en 2019), inspirada en el asesino en serie Charles Manson y protagonizada por Brad Pitt y Leonardo DiCaprio.
Burt se codeó con los más grandes. Construyó una sólida carrera como intérprete, pero sólo fue nominado una vez, en 1998, al Oscar como Mejor Actor de Reparto por su "Boogie Nights".
Antes de entrar a la vorágine de las cámaras, eso sí, su mundo era otro. El hombre que también actúo en "Striptease", al lado de una infartante Demi Moore, fue jugador de fútbol americano y de los mejores de la Universidad Estatal de Florida.
Sin embargo, su talento para la pelota ovalada debió abandonarlo para siempre. Su cuerpo atlético sufrió un accidente automovilístico. Se lesionó gravemente una rodilla y no pudo continuar por la senda del deporte.
Resignado, se metió a teatro. El destino lo llevó a Nueva York a probar suerte en esta nueva afición. Empezó de abajo, pituteando en lavanderías y aceptando papeles chicos en cuanto obra le ofrecían, hasta que su buena pinta y personalidad encantó a un productor, y dio el salto al celuloide en un spaguetti-western.
En 1972 fue su año de gloria. Supo lo que era la fama con el filme "Deliverance", donde era un empresario de Atlanta que arrastra a sus amigos a una aventura por un río en canoa. Ese estreno fue considero por él como el mejor de su currículum.
A esa exitosa apuesta para la pantalla grande le siguieron muchas más.
Reynolds, ya en la cúspide, cada vez se fue atreviendo a más. En 1978 aceptó posar desnudo y sobre una piel de oso para la revista Cosmopolitan.
Con más confianza aún, también incursionó como animador.
En su biografía se destaca que era un tipo tan seguro de sí mismo que se dio el lujo de rechazar apetecidos protagónicos, como los de James Bond, Hans Solo y Michael Corleone.
En el plano amoroso siempre fue acompañado por actrices. Se casó con la inglesa Judy Carne, luego con Loni Kaye Anderson. También fue pareja de la afamada estrella de country Dolly Parton y de Sally Field.
¿Hijos? Sí. Fue padre de Quinton Anderson Reynolds, su único retoño, a quien adoptó con su segunda mujer.