La ex Miss Chile mutó del odio al amor con la política. En sus planes está ser jefa comunal de La Serena, meta para la cual ya trabaja. "Estoy partiendo por hacer muchas obras sociales y eso me ha acercado mucho a la gente", admite la futura candidata.
El primer requisito para lanzarse a un nuevo desafío es tener las ganas, y Camila Recabarren sí que las tiene.
La ex Miss Chile y quien esta semana apareció como comentarista en "La mañana de Chilevisión", a sus 26 años tiene varios sueños por cumplir y uno de ellos tiene nada que ver con su actual oficio de figura mediática.
Camila quiere ser elegida alcaldesa de La Serena, ciudad que la vio crecer. Un plan que ronda en su cabeza hace poco más de un año y que nace desde que mira con inquietud los pocos avances que -a su juicio- se han hecho en el conocido balneario de la Región de Coquimbo.
"La política me llama mucho la atención y me encanta. La IV Región es preciosa, pero tú vas y es fome, no hay nada y yo que he vivido toda mi vida ahí me carga que no se puedan hacer tantas cosas positivas y con un alcalde que lleva dos períodos, no se notan los avances", pega el primer raspacacho.
"Las canchas no están buenas, no hay áreas verdes. Claro, les sale más barato hacer jardines secos, que son con piedras, bonitos, pero para ahorrarse plantar un arbolito y mantención", pone en evidencia.
Las próximas elecciones municipales son el 2020, pero Camila dirá "paso". Su candidatura la tiene pensada para más adelante, "cuando tenga experiencia y un respaldo mayor. Ahora tengo 26 y siento que debo aprender mucho para el momento en que lo haga, para hacerlo muy bien. Y para eso tengo que estudiar, interiorizarme".
Una preparación a largo plazo que también incluye acercase a los votantes, plano en el que está más adelantada. "Ya estoy partiendo por hacer muchas obras sociales y eso me ha acercado mucho a la gente. Es rico generar confianza, transparencia, eso el público lo agradece", argumenta la futura servidora pública.
- ¿Tendrás apoyo de algún partido político?
Precisamente necesito darme tiempo para aclararme bien en ese punto, porque no me defino por ninguno de los dos frentes políticos, estoy como al medio y no quiero estar así. Aunque, tengo a mi hija en un colegio súper de izquierda.
- ¿Qué te acercó a la política?
Hace dos años no quería saber nada de política, odiaba a los políticos. Tuve una pareja que fue concejal de La Serena, que se tiró a alcalde, de ahí mi rechazo... Vi a lo que se dedicaba día a día y no era mucho lo que aportaba, y recibía un sueldo que me llamaba la atención, porque para mí un concejal gana 500 o 600 lucas, pero al final hacen recortes de no se dónde y esa plata podría ser destinada a otras cosas.
- ¿Entonces?
Ahí me desilusioné al conocer en la interna a ese político, porque no todos son iguales. Pero sí creo que muchos actúan de mala forma y entre ellos se protegen, por eso cuesta mucho que entre alguien externo a la política y cuando es así le hacen la vida imposible para que salga. Pero eso no me importa, yo quiero trabajar, aportar, crecer, estar informada, estudiar expresión corporal, fonoaudiología.
- Harta pega.
Sí y es para ir creciendo y la gente confíe en mí, así me dará su voto. Si me ve haciendo tonteras no lo hará.
- ¿Aparte de las malas prácticas, qué te gustaría cambiar?
Hace falta meter más gente joven en distintos ámbitos. Hay cosas nuevas que queremos aportar, nuevos proyectos. Definitivamente hace falta un refresh.