La ex-Miss Chile hizo su balance del encierro de Canal 13. Y además contó el gran plan que se le viene.
“Nunca veo el reality por la edición, que el director muestra lo que él quiere; pasan muchas cosas en un día, pero sólo muestran algunas”, admitió Camila Recabarren sobre lo que fue su paso por el anterior reality de Canal 13, Ganar o Servir. “Pero voy porque la paso muy bien, me encanta estar encerrada, es bacán”.
Durante su asistencia a la alfombra roja de los Premios Copihue, la ex-Miss Chile lamentó en su minuto haber quedado eliminada ante Luis Mateucci, pero, con 33 años, no pierde la esperanza de volver algún encierro para triunfar:
—Me gustaría ganar algún reality —aseguró a La Cuarta—. Me tocó competir con un hombre, estuvo difícil, así que salí a entrenar full, para hacerle la pelea quizá el día de mañana a un hombre, ya sea en un reality en Chile o afuera. No me cierro a la posibilidad.
En lo que a convivencia respecta, Camila hizo su mini mea culpa:
—Siento que debo jugar más y enojarme menos —planteó entre risas—. Es que no me gusta quedarme callada, pero no siento tampoco nada de malo en reclamar y discutir, si hace desde el respeto. Soy muy respetuoso entonces busco respeto; y si me lo faltan, voy a responder.
Una de las grandes rivalidades del inicio de aquella trama fue entre ella y la periodista Mariela Sotomayor, con quien tuvo fuertes rounds; sin embargo, con el paso de las semanas, hicieron las paces: “Quedamos en buena onda, soy cero rencorosa; son cosas de momento, puntuales”, planteó sobre su relación con la huy panelista de Only fama (Mega).
Es más a modo de ejemplo, recordó un duro altercado que tuvo con Eugenia Lemos en Amor aprueba (Mega) en el 2015, el cual le significó la expulsión a Camila: “A la Eugenia la mechoneé y hoy ahí (en la alfombra roja) muy amiguis; pero son cosas puntales, ¿y para qué quedarse pegada?“.
Camila, además, transparentó el motivo de su atracción por el formato: “Me gusta la plata”, dijo. “Y no tengo problema de convivir; ocurren problemas igual, pero uno va dispuesta a eso por las lucas también”. Ella simplemente se “entrega” a la producción del programa, “pero a veces se pasan, te ponen en situaciones muy límite para hacerte enojar y discutir, y eso últimamente me está incomodando”, planteó.
Como ejemplo de ese tipo de “situaciones”, Camila graficó con alguna actividad en que la dinámica es que “‘tienen que votar quién bailó peor’... no podían decir ‘quién bailó mejor’, sino ‘peor’”, cuestionó. “Y ahí al tiro generas conflicto, diciendo las cosas malas de las personas”, así que “te ponen en esa situación y uno juega”, analizó.
En resumen, ¿volvería a encerrarse? “No le cierro la posibilidad a realities de competencia afuera, que sean más enfocados en la competencia y no en convivencia”, dijo.
La drástica decisión
Eso sí, Camila también reveló que ahora su vida tomará otro rumbo, que poco tiene que ver con la televisión, aunque en alguna medida con redes sociales, donde mostrará qué se le viene.
“Yo me voy de Chile por hartos años”, anunció, “por eso venga a esta alfombra roja y voy a la de la Naya (Fácil)”, en alusión también a la Gala del Pueblo del 21 de febrero. “Me voy a viajar y nunca le voy a cerrar las puertas (a un reality)”, aclaró.
¿La razón de si viaje? “A recorrer todo el mundo”, dijo, por lo que buscará nutrirse de otras culturas. “Voy a buscar minerales, materia prima y a conocer”, detalló sobre su faceta en la venta de bellas piedras.
También, Camila aclaró que no estará junto a su hija, Isabella, en esa travesía, ya que en marzo la menor se irá a Estados Unidos. “Voy sin maternar”, comentó. De momento, como de costumbre, la modelo se encuentra viviendo en La Serena, Región de Coquimbo, y más menos en junio parte a sus andanzas en el extranjero, “bien entrenada y fuerte, para el viaje”, pronosticó.