El periodista cuenta cómo salió del hoyo en que cayó. Dice estar tranquilo con su decisión de dejar la televisión por un rato: "Quiero descansar, necesito descansar, quiero reponerme, quiero estar bien".
En julio, la ausencia de Andrés Caniulef en "La Mañana" de Chilevisión causó la alarma en los medios, sobre todo, cuando se dio a conocer que estaba enfrentando una fuerte depresión. Esta semana se dio a conocer que el periodista llegó a un acuerdo con la estación de Turner, arreglo que lo dejaba fuera del matinal.
Sin embargo, contrario a lo que pudiera creerse, Andrés se muestra tranquilo por la decisión que tomó.
En conversación con La Cuarta, el periodista profundiza sobre su experiencia con la depresión, en un país que posee los índices más altos de América Latina de esta enfermedad, pero que aún no recibe la preocupación que merece: "Yo mismo tuve el prejuicio hacia la depresión, yo mismo lo miré en menos, nunca entendí a la gente que decía que no se podía levantar, que cómo era posible que no pudiera enfrentar y dar solución a su problema...", reflexiona.
- Otra cosa es vivirlo...
No puedes, o sea, ni siquiera puedes entender lo que te pasa. Te cuestionas todo, no sabía explicar lo que me pasaba. Estuve tres días acostado mirando al techo, sin comer... tuve un poco de bulimia, agorafobia, no podía salir a la calle, no podía subirme al Metro. La gente me hablaba y yo me ponía a llorar, no quería que nadie me viera. Me fui al campo y fue lo peor, fueron todas mis primas, tíos, me fueron a ver, y te juro que martilleé la puerta de entrada a mi pieza para que nadie me viera. Todos me preguntaban: '¿Qué te pasa?' y yo decía 'No sé qué me pasa, si lo supiera no estaría aquí'... Fue duro, pero fue un proceso que me hizo "entender" lo que me toca de aquí p' adelante.
-¿Pensaste en quitarte la vida?
Nunca pensé en acabar con mi vida, nunca tuve ningún plan al respecto... pero sí tienes la sensación de que quieres desaparecer, simplemente, no quería estar, solo quería desaparecer de la faz de la tierra. En mi caso, ni siquiera tenía la energía para pensar algo así (suicidio).
-¿Recibiste tratamiento médico?
Sí, pero lamentablemente siento que los procesos o los servicios de salud mental en Chile, por lo que me tocó vivir, no ayudaron en nada. Finalmente, fue la salud alternativa lo que me puso de pie.
- ¿Qué terapia hiciste?
Kambó... y te puedo decir con todas sus palabras que el kambó me salvó la vida.
- ¿Y en qué consiste?
Es un tratamiento que se hace con una rana amazónica, que te ponen su veneno en el brazo, te queman, te dejan la herida abierta y ahí te ponen el veneno. Y lo que hace este veneno es que te limpia física y emocionalmente. Literalmente, tras la sesión yo me puse de pie, al otro día estaba en la piscina tomando sol después de dos meses en cama, medicado día y noche. Creo que ese es el error de la salud chilena: te mantienen medicado y amarrado a una terapia que, para mí, no tuvo ningún beneficio.
-¿Cómo fue pasar de estar postrado al otro día estar tomando sol?
Un amigo me lleva a este centro, que es Savia Terra, y el terapeuta me recibe con un abrazo y me dice: 'Tranquilo, yo te voy a ayudar'. Recuerdo la sensación de que me están quemando el brazo y la sensación de estar vomitando, porque después que te ponen el veneno vomitas, vomitas, vomitas... ¡es impresionante! El terapeuta, su señora, su papá, su tío, su tía, todos trabajan ahí, cuidándome toda la tarde y toda la noche, hasta que desperté.
- Ahora que estás mejor, ¿has pensado en tu futuro?
No lo sé, hoy me siento libre, tengo tiempo para mí, necesito este tiempo para mí, por eso, y en este momento, y si bien afortunadamente ya tengo ofertas, pero quiero descansar, necesito descansar, quiero reponerme, quiero estar bien.
- ¿Cómo se ha portado la gente contigo?
He tenido mucho apoyo y cariño, de la gente de Chilevisión, de TVN, del Bienvenidos... y eso también me da tranquilidad respecto a sentir que he hecho las cosas bien.
-¿Y fuera de la tele?
Si hay algo que puedo agradecer y que me emociona, es el cariño de la gente...
-¿Qué te dejó esta experiencia?
Fue doloroso, pero me ayudó muchísimo... Hoy quiero ser el apoyo de todas esas personas que creen que lo que quieren o lo que sueñan es imposible, eso es lo que quiero hoy en día transmitir y para eso necesito el espacio, en el cual efectivamente tenga esta posibilidad de ser un aporte.