La distinguida chef nacional Carolina Bazán, escogida la mejor de América Latina el 2019, tomará el lugar de Yann Yvin como cocinera y jurado en la nueva temporada de El discípulo del chef, donde asumirá el desafío de liderar a los rostros VIP de esta particular edición. En conversación con el diario pop, cuenta algunos detalles de lo que significa esta nueva experiencia en su carrera. "Jamás pensé estar en televisión", se sinceró.
Aún la fórmula en plenitud no es del todo conocida, pero con el paso del tiempo se han ido revelando algunos de los ingredientes y sabores que han permitido a Carolina Bazán mantenerse durante tantos años encumbrada en la élite de la cocina nacional.
Desde sus inicios, cuando terminó sus estudios en Inacap y Culinary el 2003, mismo período en el que con apenas 23 años se hizo cargo de la cocina del Ambrosía en el centro de Santiago. Después, con el cúmulo de experiencias que agregó a su carta de presentación en diversos restaurantes de Perú, Brasil, Tailandia y París. También, los premios que se fueron perpetuando: condecorada como chef del 2013 por el Círculo de Cronistas Gastronómicos, Chef Revelación ese mismo año por la Revista Wikén, y mejor chef de América Latina 2019 en los Latin America's 50 Best Restaurants, sólo por mencionar algunos.
Y hasta ahora, que comandante del Ambrosía de Vitacura y el Ambrosía Bistró en Providencia, proyectos que le han permitido traspasar fronteras, sus preparaciones siguen apilando los elogios de la crítica, de los comensales y de rostros famosísimos.
Discípula del chef
Con esas credenciales, no es de extrañar que Carolina fuera confirmada el pasado viernes por Chilevisión como la nueva integrante de su estelar de cocina El discípulo del chef.
Ahí, se desempeñará como cocinera y asumirá el desafío de liderar a los rostros VIP de esta flamante edición.
Además, por supuesto, de competir con dos afamados chefs internacionales: el español Sergi Arola y el italiano Ennio Carota, quienes ya formaron parte de la anterior temporada del programa.
—Encuentro genial que los programas de cocina se vayan tomando un espacio en la televisión, porque siento que la gente aprende mucho viéndolos —se sincera la reconocida chef con el diario pop, y agrega—: Es algo que una hace todos los días y todos deberían de saber cocinar, se dediquen o no se dediquen a la cocina. Entonces lo encuentro buenísimo.
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Los tres cocineros de la nueva edición.[/caption]
—Carolina, ¿y cómo surgió esta nueva oportunidad en tu carrera?
—Me llamaron... Y la verdad es que es algo nuevo. ¿Cómo me planteo este nuevo rol? A mí me llamaron y me explicaron de qué se trataba el programa y me pareció bastante natural, en el fondo. Tengo que hacer lo que hago todos los días, que es dirigir y liderar una cocina, entonces no se aleja mucho de lo que hago. No tengo que actuar: tengo que ser yo. Entonces, me ha salido bastante natural y fácil.
—¿Y qué significa para ti, tras ser elegida la mejor chef de América Latina y tras tantos reconocimientos, participar en un programa como El discípulo del chef?
—Dadas las circunstancias de los últimos casi dos años ya, se me presentó esta oportunidad y no lo dudé, no dudé en aceptarlo. Quizás antes no lo hubiera aceptado, porque bueno, no sé, uno tiene prejuicios con el tema de la tele. Pero en este momento me vi con más tiempo libre, porque entre las cuarentenas y todo..., y bueno, dije, 'es algo nuevo, un desafío'. Jamás pensé estar en televisión, pero tiene que ver con lo que hago, que es estar dentro de una cocina, enseñarle a la gente a cocinar, liderar, así que ha sido bien entretenido.
—El discípulo del chef implica también una competencia... ¿Cómo lo ves tú: te consideras competitiva? ¿Cuáles serán los desafíos en esta nueva aventura?
—La verdad es que nunca me he considerado una persona muy competitiva, pero esto es una competencia. Y obviamente quiero que mi equipo gane, así que dándole con todo para que los participantes puedan aprender lo que más puedan, que se destaquen, y que lleguen a la final.
—¿Cómo ha sido la oportunidad de poder enseñarle tus técnicas —y sobre la cocina en general— a rostros del mundo del espectáculo y de la cultura tan disímiles entre sí?
—Al principio, como son rostros, dije 'voy a tener cuidado de no subir mucho el tono, la voz', qué sé yo, pero ¿sabís qué? El primer día tenía nervios, ya el segundo día nos conocemos, agarramos confianza, ellos me dicen que han aprendido mucho de mí. Entonces, finalmente me siento súper cómoda en lo que estoy haciendo, cómo lo estoy haciendo, creo que es para lo que me llamaron: para enseñarle a un grupo de gente, que no sabe cocinar, a cocinar. Y se está logrando súper bien.
—De los confirmados hasta ahora para la nueva edición del programa, ¿te llamó la atención la participación de alguno de los rostros en particular? ¿Alguien sorprenderá?
—La verdad es que no conozco a todos los participantes, pero he visto que Álvaro Morales le pone bueno. ¿Quién más?... Gala, Iván "El Potro", también. Son bastante máquinas, bien balas.
—Te hemos visto a lo largo de estos años en distintas entrevistas, también participando hace poquito en La divina comida, pero ahora asumirás un rol más importante en la pantalla chica. ¿Cómo se lleva Carolina con las cámaras y cómo vive todo este nuevo mundillo?
—Como te comentaba, esta es mi primera experiencia de verdad en televisión. Tenía mucho nervio. Yo creo que el equipo también tenía mucho nervio, de qué iba a pasar, pero es como un prejuicio... a uno le da nervios lo desconocido. Pero una vez que ya estás en el programa, a mí se me olvidan las cámaras y hago lo que tengo que hacer. Entonces ha sido bien cómodo, bien fácil, he tenido mucho apoyo. Me tocó un equipo que, también, al tiro agarramos mucha confianza. Entonces, está bien entretenido. Es súper intenso todo, son todos muy intensos, pero bien. Me he sentido cómoda y creo que eso es lo más importante.