La actriz se remontó a su primera teleserie, grabada en Puerto Rico, la cual incluyó un episodio que pudo ser fatal.
Catalina González se remontó a su primera teleserie, grabada en 2008, Don Amor (Canal 13), rodaje en el cual debió pasar por un complicado episodio que casi le costó la vida.
La actriz estuvo en La divina comida (CHV) junto a sus colegas y amigos Diego Boggioni, Clemente Rodríguez y María José Bello, siendo esta última quien le preguntó por aquel primer melodrama, grabado enteramente en Puerto Rico. “O sea, el sueño del pibe”, contestó ella.
“A ver, recién salida de la escuela”, partió relatando. “Un año, en Puerto Rico, en un hotel cinco estrellas, con una pieza para mí sola, con un grupo de puros... gente de mi edad, ¿cachai?”. Además, su personaje, Vanesa, la llevó a que “me tenía que como agarrar a la mitad del elenco”.
De hecho, aseguró que “nacieron hijos de esa teleserie”; es decir, “hubo relaciones heavy, importantes”.
El accidente que marcó “un antes y un después”
Fue ahí cuando se animó a contar que “hasta chocamos. Yo tuve un accidente de auto heavy. El Alfredo Allende, la Sofia García y yo, y Oscar (Guerrero), chocamos, nos dimos vuelta. El auto se dio no sé cuántas vueltas. Yo así como que vi mi vida; esa sensación de cuando ves que se pasa tu vida.
“Yo sentía además que me estaba entrando vidrio molido a mis ojos, no sé por qué, yo decía en esas cosas de segundos me voy a quedar ciega. Obvio, accidente. Y terminó el accidente y yo así como... ‘Yo estoy viva, ya. Pero aquí alguien cagó'. ‘Y... ¿están bien, están bien?’. ‘Sí, estamos bien’. Fue muy heavy”, aseguró.
Además, destacó que físicamente no le pasó “nada”. Aun así, “fue un lazo importante entre los cuatro que tuvimos el accidente, porque fue como que de verdad sentimos que la vida nos dio otra oportunidad”, remarcó.
De hecho, “siempre digo hay un antes y un después en mi vida después de esa experiencia”, continuó. “También ahí empezó todo el cuento del yoga, porque yo me puse a leer allá y empecé a hacer clases; muy patudamente le hacía clases a la Sofi (García) y a la Gaby Hernández”, quienes “fueron mis dos primeras alumnas”, cerró.
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