Se conocieron en el Festival de Viña 2009, tras lo cual él quiso trabajar con ella para su estelar Animal Nocturno, iniciando una amistad llena de anécdotas. “Hicimos cosas de mucha complicidad”, recuerda la actriz al diario pop.
En el 2009, en uno de los capítulos del recordado estelar de Felipe Camiroaga, Animal nocturno (TVN), en el estudio se encontraba la actriz venezolana-argentina Catherine Fulop.
De pronto, ella comentó que su apellido paterno es de origen húngaro.
—Descubrimos que el apellido “Fulop” es “Felipe” —comentó el animador.
—Yo soy Catherine Felipe —dijo ella entre risas.
“Otra cosa en común”, agregó, dejando claro la muy buena onda que tenía con el fallecido ícono (2010) de la tele local.
Se habían conocido ese mismo año, cuando Camiroaga animó aquella edición del Festival de Viña. En esa ocasión, luego de que Fulop fuera jurado y reina del certamen, vino la chance de participar en Animal nocturno. “Debo decir que yo fui el de los que más votó por tenerla”, dijo él por aquel entonces a La Tercera.
“Él quería trabajar conmigo”, coincide ella al diario pop, ahora, trece años después.
En principio el acuerdo era que ella estuviera solo un capítulo, pero las apariciones se fueron extendiendo con las semanas. Para el programa, “viajamos a las Torres del Paine”, recuerda sobre esos días en la Región de Magallanes. “Fue hermoso ese viaje; lo que disfrutamos con Felipe fue hermoso, hermoso”.
Los besos de Luciano Bello y Abigaíl
“Me hizo una entrevista alucinante”, por partes, “en distintos lugares, montando a caballo, después metidos en un jacuzzi”, cuenta. “La verdad que hicimos cosas de mucha complicidad”.
También “los dos tomamos whisky con el hielito del glaciar”, relata. “Después, tomar mate con todos los campesinos, alrededor de un asado, tomando vino”.
“La verdad la pasé súper bien”, recalca.
También recuerda que les tocó hacer juntos una serie de comerciales para una multitienda. “Con él tengo todas las anécdotas; para las grabaciones de Ripley me acuerdo que hacíamos una del Día de los Enamorados, siempre nos reímos, nos divertimos”, dice.
También recordó a un satírico personaje que él tenía: “Hacíamos que yo era Abigaíl y él Luciano Bello. Me acuerdo que nos besábamos y yo le besaba los dientes de mentira. Nos reíamos con eso. Le buscábamos lo gracioso”.
“Es una bella persona, también súper generoso, amoroso, gracioso, buen amigo”, cierra. “La verdad es una gran pérdida que se haya ido tan pronto”.