La cantante que sufre una rara enfermedad reapareció tras tres años.
La inauguración de los Juegos Olímpicos en el Río Sena fue una ceremonia de tintes especiales con la presentación de Céline Dion, quien dio el broche de oro al evento al interpretar el “Himno al Amor” de la legendaria Edith Piaf desde la Torre Eiffel.
Su actuación magistral emocionó tanto a los asistentes como a los televidentes, mientras la llama olímpica ascendía hacia el cielo en un globo aerostático.
Este momento es significativo, ya que Céline Dion había estado apartada de los escenarios durante tres años debido al síndrome de la persona rígida, una condición que causa rigidez muscular y espasmos en el tronco y las extremidades.
A pesar de estas dificultades, Dion ha mostrado una gran determinación. “Todos los días me empleo a fondo, pero reconozco que me está costando. Si no puedo correr, camino. Si caminar tampoco, me arrastro. Pero no me rindo. No pienso rendirme”, expresó en su documental “Soy Céline Dion”, lanzado este año.
En sus redes sociales, Dion ha compartido que está disfrutando su tiempo en París.