El comediante, que se hiciera conocido por sus divertidos sketch en el Morandé con Compañía, vive un complejo estado de salud y hoy sus cercanos esperan una mano de quienes gozaron con sus rutinas.
David Díaz, mejor conocido como el "Chico" David, alcanzó su fama en el Morandé con Compañía a principios del 2000. En el MCC estuvo por 12 años cada noche de viernes compartiendo con artistas como Che Copete y Mauricio Flores, entre otros.
Su paso por televisión lo terminó transformando en un reconocido rostro, al menos a un nivel popular, regalando selfies en la calle y siendo frecuentemente reconocido en el transporte público que ocupó para irse y venirse del Mega.
Tanto fue su aporte en el humor del espacio del Kike que participó en las secciones de humor de la Teletón y fue parte de las giras revisteriles con algunos de sus compañeros.
Pero de eso hoy sólo quedan recuerdos. En mayo del 2017 se conoció que su estado de salud se había deteriorado de golpe y que su vida había dado un giro en 180 grados, alejándolo de la televisión.
Fue en ese entonces que el país se enteró que tenía problemas de movilidad y debía desplazarse en una silla de ruedas. "No puedo estar de pie por la diabetes, la polimeliopatía (una enfermedad que afecta los músculos simultáneamente), hipotiroidismo e hipertensión que tengo", declaraba.
Desde ese entonces la salud del "Chico" David no ha evolucionado favorablemente. Muy por el contrario, ha tenido mayores contratiempos, los que lo tienen cada vez con más cuidado.
Dolores inmensos
Su estado actual se dio a conocer debido a una publicación en redes sociales en donde una amiga pedía ayuda para este comediante. "Ha perdido casi completamente su vista, está con diagnósticos muy complicados, los cuales le impiden una completa movilización", relataba Anita Moadned, quien hizo un llamado a la solidaridad para donar dinero y así continuar su tratamiento médico.
Ayer, el "Chico" David le abrió las puertas de su casa a La Cuarta para contar su actual estado. "Llevo harto tiempo así, pero ahora último ha sido peor. Estuve con unos dolores inmensos... estuve con un edema pulmonar que me tuvo diez días hospitalizado... después me volvió a dar y estuve dos días hospitalizado, en septiembre", explicó con dificultad en su casa ubicada en Puente Alto.
La ceguera que sufre es algo a lo que "me he ido acostumbrando, veo un poco, tengo un 80 por ciento perdido, pero es algo con lo que debo vivir".
Pese a lo complejo de su situación, él prefiere mirar todo de forma más positiva. "Tengo tantos recuerdos bonitos de la televisión que no podría decirte cuál es el mejor. Es bonito que la gente mande cariños y que no se olvide de uno. Muchos están tristes por mi situación, pero uno en esta tierra está de paso y hay que saber llevarlo".