La frecuencia modulada tembló con la dupla que conformaron la humorista con Pape Salazar para reemplazar al Rumpy en la Corazón. "Ahora me falta la pura campaña comercial de shampoo de litro", dijo la comediante.
Deslenguada y extrovertida, entretenida y experta en el "eo, eo, eo, que siga el...", humorista y panelista de matinal, se lee en el currículo de la Chiqui Aguayo, al que ahora deberá agregar la pega de locutora radial.
Este lunes, junto a Pape Salazar, debutó en los micrófonos de Radio Corazón en el rol de Chacotera Sentimental, donde puso oreja y cucharón a cada drama amoroso que llegó hasta el estudio.
Eso si, la Chiqui "calentó" durante la mañana en el Muy Buenos Días, donde le prepararon un estudio de radio con llamadas incluidas. "Me dio bastante confianza. La tele tiene más resguardos, pero llamó harta gente y encontré muy entretenido, creo que lo deberíamos hacer más seguido, pero el vivo tiene su riesgo", dice la comediante.
- ¿Pudiste ser la Chiqui buena para el tandeo?
La gente espera eso de mí, que vaya al hueso con las preguntas y se recibe bien, creo. Las historias son distintas y si las personas llaman es porque quiere escuchar el pan pan, vino vino.
- Bien directa entonces...
Somos buenos para decir las cosas de manera frontal y hay que seguir la senda del Rumpy, creo que debemos ser mas puntudos todavía.
- ¿Qué se sintió ocupar el trono del Rumpy?
El Rumpy marcó mi generación entera, tenía 15 cuando salió, cambió el vocabulario, me vi todas las películas, el Chacotero marco algo importante.
- Rostro de tevé, comediante y locutora, ¿qué se viene ahora?
Este era mi siguiente paso: era mi sueño hacer radio y estar con la Corazón, qué era más popular. Ahora me falta la pura campaña de shampoo de litro.