Corrían los años 40 en Punta del Este y el bar "El Mejillón" estaba repleto cuando una clienta argentina ordenó un sandwich de chivo. Sin tener esa carne el dueño, Antonio Carbonaro, para no perder la venta, no encontró mejor solución que engañarla y salir del paso.
La mujer se retiró feliz creyendo que el jugoso sandwich de vacuno que disfrutó había sido de chivo y esa noche nació una preparación exclusivamente uruguaya, "El Chivito".
Un sandwich similar al churrasco chileno, pero con mayor cantidad de ingredientes. En Santiago se puede encontrar uno que consiste en lomo de vacuno a la plancha, jamón, mozzarella, tocino, huevo frito, lechuga, tomate y pimentón. Todo, contenido en un rico pan casero, amasado al orégano y de gran formato. Hablamos del "Chivito al pan" del Che Pizza, restaurante ubicado en Av. Irarrázabal, Ñuñoa.
"Rioplatense", ni uruguayo ni argentino pero los dos al mismo tiempo, es el concepto que Che Pizza ofrece de forma muy cercana, poco ambiciosa en términos estilísticos, acogedor, ecléctico y amenizado por lo que más puede entusiasmar al publico del Atlántico, el fútbol.
Entrar al Che Pizza es transportarse al ritmo del rock argentino y uruguayo, en las murallas hay banderines de los clubes más importantes de ambos países, fotos de estadios y pantallas transmitiendo algún encuentro deportivo.
Las mesas pintadas también con colores del balompié charrúa y albiceleste porque según Violeta Machin, uruguaya, dueña y fundadora del local, "estando fuera de nuestro país somos hermanos rioplatenses". Asegurando que esa identidad que trasciende los límites políticos cobra real fuerza a este lado de la cordillera.