Clases de equitación y manejo: así se prepararon los actores de El Señor de la Querencia

Las actrices debieron aprender a montar de lado, mientras que los hombres a subir y bajar rápido del caballo.

Tal como ocurrió en su versión original, la producción de El Señor de la Querencia no fue nada fácil. Al ser una teleserie de época y en el campo, fueron cientos los detalles de los que debieron preocuparse.

Uno de ellos fue el manejo con los caballos. De hecho, los actores debieron tomar clases en el Santiago Paperchase Club, una reconocida escuela de equitación fundada en 1905.

La cantidad de clases dependía de los requerimientos de cada personaje, pues mientras algunos necesitaban aprender a subir y bajarse rápidamente, las mujeres debieron aprender a cabalgar con las piernas hacia un solo lado, como lo hacían las damas de aquella época.

Francisca Walker fue una de las actrices que tomó algunas clases. “Hace mucho tiempo que no andaba a caballo. Yo había aprendido a cabalgar en el campo cuando chica, andaba con montura chilena y con una mano en la montura siempre al cabalgar. En las clases tuve que reaprender y sacarme ciertas mañanas”, contó a La Cuarta.

“Las riendas se tomaban diferente a como yo lo hacía y nos enseñaron a poner el peso en las piernas y subir y bajar para que no pesara tanto el trote”, agregó.

El vínculo con los animales

Para Francisco Dañobeitía, en tanto, lo más sorpresivo de la experiencia fue el vínculo que generó con Rosa, la yegua con la que trabajó. “Me he preocupado mucho de traerle manzanita, de armar todo un vínculo, que también ha sido muy bacán porque la producción nos ha permitido tener ese espacio para poder ensayar un poquito antes, practicar, sentirnos como tranquilos antes de abordar todas esas escenas que requieren de los caballos”, aseguró.

Para el actor aprender a cabalgar tuvo una complejidad extra, ya que su personaje, Ignacio Echeñique, es uno de los mejores jinetes de la Querencia, y él fue uno de los últimos en sumarse al elenco. “Yo tuve una clase porque me incorporé más o menos al final... aprendí mucho”, contó.

Pese a que él había cabalgado antes, nunca había galopado. “Fue arrojarse a la vida”, comentó. “Para mí ha sido una experiencia terapéutica, el vínculo que uno establece, en este caso con la yegua, con la Rosa, ha sido verdaderamente muy maravilloso para mí”, relató.

Y efectivamente, según relataron algunos de los presentes en dichas clases, los actores disfrutaron como niños cabalgatas.

Manejo a la antigua

Pero no sólo los caballos están presentes en la teleserie, ya que también Lucrecia, personaje interpretado por Paula Luchsinger, llega a la Querencia un auto último modelo para la época, pero que requirió que la actriz tuviese que aprender a manejar de nuevo.

Se trata de un vehículo que la producción arrendó para la teleserie, que tiene un rol muy importante para la historia del personaje.

Por lo mismo, la actriz debió tomar, también, algunas clases para poder acostumbrarse al vehículo y sus mañas.

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