La noche del domingo vivimos uno de los capítulos más emocionantes de Contra viento y marea, donde se nos pusieron los pelos de punta por una pareja que lucha contra todo obstáculo para poder estar juntos, incluso el cáncer.
Siempre vemos a Pancho Saavedra comprometido, pero este fue un caso especial. Tuvo que discutir hasta con la familia del protagonista, porque no estaban cerca del novio a pesar de la pelea contra el cáncer que daba. Ahí fue cuando sentí que algo cambió en el conductor. Sin ser padre, lo dio todo y más que los propios progenitores por cumplir el último deseo de su hijo: dar una vuelta por la plaza con su futura señora. Sólo pedía eso, poder salir en un paseo una vez más de la mano de su polola, ya que por el cáncer que sufría estaba postrado. Sólo eso, un granito de arena que el programa da y sin querer aporta en la felicidad de personas que ven todo oscuro y complejo.
"Contra viento y marea" es un espacio que vale la pena. Donde nos damos cuenta que todo lo que se hace no es parte de un show o una carrera por el rating, si no porque de verdad lo sienten. Nos damos cuenta que si el programa lleva tantas temporadas es porque la gente cree en él y en Pancho, que a estas alturas se ha transformado en el ángel de la guarda de las parejas que aún necesitan un empujoncito para lograr sus sueños.
Creo que nadie podría hacerlo mejor, un gran celestino, emocionado, luchador, que da todo para lograr los objetivos cada capítulo. Francisco, no decaigas nunca, sé que cada pareja que has ayudado te lo agradece enormemente y así hay muchos más que esperan por tu ayuda, por eso te doy las gracias en su nombre. Que no nos falte Saavedra ni "Contra viento y marea".