Se puso de moda que los alcaldes bajen a sus artistas contratados del escenario por estar "bajo la influencia del alcohol" o en evidente "estado de ebriedad".
Estamos en plena temporada de festivales por todo Chile. El sábado 27 de enero, en Los Lagos, estuvo sobre el escenario el ex cantante de "Rojo, Fama Contrafama", Juan David Rodríguez, quien no alcanzó a terminar su presentación y fue bajado por el propio alcalde.
El edil, Samuel Torres, declara haberlo hecho por los constantes movimientos obscenos, además de los improperios que decía al público en un "evidente estado de intemperancia". A lo cual Juan David salió en su defensa, diciendo que en su calidad de showman, dice menos groserías que los humoristas.
Lo primero que se me viene a la cabeza es, ¿qué dirán los contratos respecto al tema?
Recordemos que en el caso de Álvaro Henríquez, vocalista del grupo Los Tres, pasó lo mismo: el alcalde se negó a pagar esa factura por el deplorable espectáculo realizado en Talagante.
¿Será necesario poner una cláusula en los contratos con respecto al alcohol y las drogas?, ¿o una cláusula referente al vocabulario usado por cada artista?
Es un tema complejo, de ser así, no podría actuar gran parte de los músicos y humoristas de este país.
Si me preguntan a mí, creo que hay un límite para todo.
Los artistas se deben a su público y existen diversos escenarios para actuar. Hay que tener capacidad de adaptación dependiendo de la ocasión.
Y por supuesto, respetar a los periodistas que pasan horas esperando para una cuña y en muchas ocasiones son mandados a la "punta del cerro", por decirlo de manera sutil.
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