La llegada de las redes sociales a nuestras vidas ha tenido mucho de dulce y bastante de agraz. Especialmente para los que son algo más "famosos" en el espectáculo. Cada uno es dueño de escribir y mostrar lo que quiera, pero también es cierto que con ello te expones a que todos podamos ver y opinar de tu contenido.
En Chile, tenemos varios personajes "adictos" a contar sus vidas por las redes; los que son más pretenciosos y egocéntricos siempre suben imágenes de ellos. A mí esta red me sirve para llegar a más personas y mostrar mi opinión en los temas que me gustan, pero más para ver y seguir las historias del resto.
Sin ir más lejos, he caído en la tontera de pelear con más de alguien por Twitter cuando me "trollean" o me contestan cualquier cosa, hay una adrenalina del momento que te lleva a cometer ciertos errores y te ves enfrascado en un pleito sin sentido.
Hace pocos días, el escritor Jorge Baradit insultó a la ex ministra Mariana Aylwin por Twitter diciéndole: "Porquería traidora", según él, por haberse cambiado de bando político, a lo cual, la ex ministra, como señora bien educada que es, le contestó: "que le cae bien a pesar que todos lo encuentran liviano como escritor y que lamenta sus prejuicios sin conocerla". Sin comentarios, ¿o no?
Me metí en esa discusión apelando a con qué moral el escritor atacaba a la ex militante DC si él, hace menos de un año, dejó a parte de su equipo sin trabajo sin cuestionarse el cambio de bando al firmar con CHV. Creo que esto de las redes sociales, al igual que en la TV, es sin llorar cuando se juega en buena lid.