Quiero partir esta columna dándole las gracias al equipo editorial del diario La Cuarta, ya que me permite, como columnista, contar una experiencia personal.
Para todas aquellas personas que tienen alguna duda con respecto a mi libertad editorial, les quiero informar que TVN sabe que escribo columnas de televisión y me han brindado toda la libertad para seguir haciéndolo sin ninguna condición, esa decisión la agradezco infinitamente. Esto, en palabras simples, quiere decir que si encuentro un programa de TVN bueno, regular o malo, puedo manifestarlo libremente.
Me voy a permitir un gusto, y les relataré lo que han sido estos días participando como jurado de "Rojo". Lo primero que me sorprendió, cosa que jamás imaginé, es la hora de citación tanto para los participantes, coaches, equipo de producción y dirección: es a las 10 de la mañana. Es impresionante la cantidad de horas de trabajo y esfuerzo por parte de todos los involucrados.
Me pegué una buena "maratón" de los capítulos de "Rojo" durante el fin de semana largo para llegar bien informado sobre cada participante. Hasta que llegó el día lunes, y me sentía como cuando te cambian de colegio en primero medio, porque es el único canal donde no había trabajado y no conocía a casi nadie, y aprovecho de agradecer a todos los que se acercaron a saludarme para darme la bienvenida.
A modo de anécdota, varios bailarines y cantantes me preguntaron: "¿Es verdad que usted es el cuarto jurado?", yo creo que nunca en la vida me habían visto ni escuchado mi nombre. Ya que me dijeran "usted", me sentí un viejo de mierda, y que no me conocieran se me deprimió el ego. O sea, entré a la cancha más nervioso que los mismos participantes.
Otra anécdota: se me acercó el productor general y me dijo "yo te voy a enseñar a usar el tablet, ahora el cuaderno y el lápiz bic ya no se usa, Vasco"; es decir, más encima tuve que aprender a usar el tablet, mientras la Consuelo Shuster me decía que es facilísimo usarlo, me hice el canchero con cara de póker y aprendí.
Pero para cerrar el día, cuando iba saliendo en el auto, terminando de dar una cuña al programa "Intrusos", de repente me abren la puerta del copiloto y aparece la cabeza del "Tío Conductor", diciéndome: "No llegó mi radiotaxi, me llevai", o déjame por ahí, yo voy para La Reina y tú, ¿para dónde vas?. Cómo le explicaba que vivo en Colina, pero como estaba en modo #AlumnoNuevo, lo llevé hasta la puerta de su casa, además de la buena conversa que nos pegamos durante todo el camino.
Eso sí, tengo la sospecha de que no lo dejé hablar casi nada, producto de la adrenalina con la que salí del primer programa. Para terminar, simplemente gracias a TVN por confiar en que pueda aportar con un granito de arena.